DESGRACIA PARA PIURA

 

(Piura, 20 junio 2022)

 

Luis Gulman Checa

 

Recibí en el WhatsApp una crónica de los lamentables y  criminales atropellos que originaron la liquidación del proyecto minero Manhattan, en Tambogrande, con una inversión de US $ 400 millones bajo estándares internacionales de modernidad y legalidad; entre otras razones, por cuanto en la ciudad de Lima una proterva campaña de comunicación anunció la desaparición del cebiche,  porque, supuestamente, el proyecto minero acabaría con la producción de limón, es decir, sería tan brutal la contaminación ambiental generada por la actividad minera que la agricultura DESAPARECERÍA.

 

Las irracionalidades no se limitaron a la capital, pues, en nuestra tierra, el diario “El Tiempo” desarrolló una feroz e irracional campaña contra la minería, especialmente a través del suplemento dominical “Semana”, acogiendo y propalando opiniones de reales criminales y/o traidores a la patria esgrimiendo argumentos falsos en contra de una actividad imprescindible (*),   muchos de ellos foráneos, convirtiéndose así en virtual enemigo de Piura y los piuranos.

 

Tengamos en cuenta que de haberse desarrollado la minería formal y legal, como sucede a lo largo y ancho de la tierra donde la naturaleza fue pródiga sembrando recursos minerales, desde muchos años atrás el departamento hubiera venido recibiendo recursos por concepto del Canon Minero, tan igual como por décadas se dispone del Canon Petrolero (desperdiciado y robado por la estupidez de haber atomizado su uso), lo que le hubiera “cambiado la cara”, en primer lugar  a Tambogrande, porque los tantos caseríos que alberga, en vez de que los moradores continúen cargando el agua para beber en burro, dispondrían, desde años atrás, de servicio tan elemental en sus domicilios.

 

¿Cuál es la demostración que los opositores a la minería resultaron más nocivos para Piura que los envidiosos chilenos el siglo antepasado?

 

En la hora actual, la MINERÍA INFORMAL (contamina y no paga impuestos) se apoderó de grandes extensiones, en especial en la parte alta de Tejedores proliferando campamentos para extraer oro. Así, entonces, se ha desatado una terrible contaminación originada por los miles de mineros ilegales estimando que ya bordean los 4,500  jodiéndole la vida a miles de piuranos,  no solo por la ya citada contaminación, sino [A1]  también por las atronadoras detonaciones nocturnas alarmando las poblaciones; los asesinatos por sicariato por disputas sobre la posesión de tierras; la perversión de tantas jovencitas dedicadas a la prostitución y, como es obvio, todos los males originados donde cunde el caos y el desorden.

 

Sin embargo, el sentido común indica que se viene incubando un mal que será letal para Piura a raíz que estas explotaciones, mayormente, se ubican en las partes altas de la cuenca, de modo que, necesariamente, vienen contaminando, lentamente pero sin pausa el agua regulada almacenada en los reservorios de San Lorenzo y Poechos.

Así como sumar dos más dos arroja cuatro como resultado, más temprano que tarde, alguna fruta de exportación piurana será rechazada por estar contaminada por deshechos de tan maligna y criminal actividad.

 

Sin embargo la desgracia citada no es la única, pues, en nuestra serranía, Huancabamba y Ayabaca, existe otro formidable yacimiento cuprífero que continúa inexplotado por la, aparente, mayoritaria oposición d las poblaciones, aunque, bien mirado el asunto, la misma debe ser promovida por las mafias de narcotraficantes quienes requieren que la zona siga tirada y abandonada para que su criminal negocio no se vea perturbado, Al respecto, insisto con lo propuesto desde tiempo atrás: realizar un referéndum en ambas provincias convocado por la ONPE para que se opte por una dos opciones respecto a la actividad minera:  Sí o No.

 

Dios se apiade de nosotros iluminando las mentes de los actuales irracionales opositores a actividad tan vital para la vida.

 

(*) Todos los malditos y mal nacidos ANTIMINEROS se movilizan en vehículos, tienen computadoras y usan cubiertos para alimentarse, siendo ello posible gracias a la minería.

 

 

 

 

 


 [A1]