INFAME PRONUNCIAMIENTO

 

(Piura, 26 septiembre 2023)

 

Luis Gulman Checa

 

Me refiero al publicado en la página 05 de “Correo”, edición del pasado viernes 22 del presente, por el Gobierno Regional de Piura:

 

¡PIURA EN DEFENSA DE LOS RECURSOS PETROLEROS DE LA NACIÓN!

 

El gobernador Neyra León y autoridades suscribientes (¿), expresamos pleno respaldo al anuncio del ministro de Energía y Minas, confirmando el retorno de los pozos petroleros de Talara (Lotes UI, VI y Z2B) al Estado peruano. Asimismo, defendemos la firme posición de encargarle su administración, como corresponde, a la empresa PETROPERÚ.

 

Tal esperpento, propio de verdaderos ignaros y/o traidores a la patria, basta y sobra para reconfirmar nos a los piuranos que, una vez más, elegimos como conductor de nuestro destino a una persona incalificable. Sin embargo, justo es reconocer que los piuranos de bien - los cuales antaño sí se dedicaban en cuerpo y alma a sacar Piura adelante - no se animan y/o arriesgan a postular.

 

¿Qué habrá dentro de un cráneo que, pública y ostentosamente, alaba y saca la cara por un maldito engendro creado medio siglo atrás por el “Atila” Juan Velasco? El mismo viene rapiñando y saqueando el país y fue incapaz de cumplir con su función: extraer tanto o más petróleo del producido por la “explotadora” empresa yanqui echada por el citado destructor del Perú y, muy especialmente, de su propia tierra: Piura.

 

Antes de la aparición del citado “Atila”, Talara y la zona petrolera en general, era un real paraíso donde los servidores de las empresas extranjeras (tal y como sucede en todo el mundo civilizado) vivían como príncipes. ¿Qué pasó tras la estúpida expulsión de octubre de 1968? Que el número de “trabajadores” se multiplicó al infinito y su nivel de vida se contrajo al extremo que empezaron a padecer hasta por falta de agua en sus hogares, mientras antaño contaban con servicio domiciliario de gas.

 

¿Eso fue todo? Claro que no, pues, la “explotadora” contaba con una modesta oficina en Lima con unos cuantos servidores. Sin embargo, el monstruoso y rapiñador engendro construyó un inmenso y ostentoso edificio que, a la fecha, alberga miles de trabajadores. En resumen: El haber echado a los “explotadores extranjeros”, significó una puñalada a las arcas nacionales al haberse generado una recua inconmensurable de ignaros, innecesarios y corruptos burócratas tanto en la zona petrolera como en la ciudad de Lima, mientras en nuestro departamento, bajo el mando de Neyra, abundan los poblados donde no hay servicio de agua potable. ¡Pobre diablo!