RESPUESTA AL ALCALDE

 

(Piura, 31 octubre 2023)

 

Luis Gulman Checa

 

 

Me refiero a un video que circula en las redes en el que el alcalde de la MPP, Gabriel Madrid, imitando a Pilatos, se lava las manos respecto a la desastrosa “obra” de la “destrucción” de la Plaza de Armas de Piura explicando que la misma fue entregada, “entre gallos y media noche”, el pasado 29 de diciembre por el entonces alcalde, Juan José Díaz Dios.

 

¿Acaso pretende decirnos que, mientras el referido no vuelva a ser elegido alcalde, el desastre quedará tal cual jodiéndonos la vida a los piuranos?

 

Le hago recordar que cuando alguien asume un cargo, especialmente si es por elección, lo que revela que se deseaba con toda su alma, quien toma las riendas asume “la carne y el hueso”, es decir, podrá disfrutar tanto de las situaciones que marchen sobre ruedas, como también, deberá enfrentar y dar solución a todos los SANCOCHADOS que le dejó su antecesor.

 

Un claro ejemplo es la obra referida, por lo que debe llamar poderosamente la atención que Gabriel Madrid descuide absolutamente el manejo de una obra adjudicada por el ente que dirige, mientras, paralela e inexplicablemente, pública y sospechosamente se vuelca por entero sin respiro ni descanso, dizque a solucionar un inconveniente que tiene décadas de vigencia y que NO ES DE SU RESPONSABILIDAD. Me refiero, obviamente, a las costosísimas, complicadas y especializadas obras requeridas para aliviarle la vida a quienes moran en las cuencas ciega,

 

Digresión:

 

Abundan opiniones de reales expertos y personas razonables, referidas a que la mejor opción es reubicar a tales moradores, es decir, aceptar los mandatos de la naturaleza sacándole al mayor provecho a tales depresiones. Por ejemplo, ¿edificios en los bordes altos y parques en las depresiones?

 

Le contaré el alcalde una vivencia. Cuando asumimos la conducción de ENOSA, el año 1992, hallamos un Contrato resuelto por nuestros antecesores con la firma De Coll, referido a la reparación de varios grupos electrógenos de la planta de Piura, los cuales yacían desarmados y con componentes en la sede de la firma en la ciudad de Lima. ¿Nos lavamos las manos? Claro que no. En el acto llamamos al contratista y tras negociar se concluyó que ENOSA debía pagarle  S/. 80,000.00. Al día siguiente estábamos frente a la Contralora de la República exponiendo el caso, y, al día siguiente, recibimos su comunicación dando en visto y bueno a nuestro acuerdo. Transcurridos m/m 4 meses, la planta operaba al 100%.

 

¿Está claro, señor alcalde?