A PROPÓSITO DE CAJAMARCA

(04 noviembre 2014)

Luis Gulman Checa

Me refiero a la lamentable muerte de un ciudadano acaecida en la ciudad de Cajamarca en el transcurso de un desalojo por mandato judicial, lo que ha generado críticas de diverso origen y jaez  contra la jueza que veía la causa y la PNP, uno de cuyos miembros usó su arma de fuego con el resultado referido.

Naturalmente es muy cómodo, ante la muerte de una persona en estas circunstancias (olvidando los decesos que, cotidianamente, suceden por la miseria y abandono en el que se debaten cientos de miles de peruanos), que una pléyade de opinantes se rasguen las vestiduras por semejante abuso perpetrado contra una persona que solo debía una modesta suma de dinero.

No olvidemos que ello sucede cuando el país está azotado por dos males al parecer incurables: la corrupción y la inseguridad ciudadana, siendo la PNP la principal responsable de la última, por lo que permanentemente es maltratada por su incapacidad para imponer el orden y garantizar la tranquilidad pública por los  mismos medios y personas que ahora le han saltado al cuello.

Asumo que el desalojo decretado por la jueza se dictó en el marco  del orden legal  del país. Asimismo, la PNP,  se hizo presente para garantizar  el cumplimiento de la orden judicial. Entonces, si tal era la real situación, ¿qué deben hacer los responsables de velar por el cumplimiento de la ley si alguien, violentando el orden establecido, es decir, cooperando a incrementar la inseguridad de la ciudadanía, se enfrenta y agrede a quienes se debe  respeto por encarnar la ley?

No tengo la menor duda que lo sucedido ahí fue un accidente, pues no pasa por mi cabeza que el efectivo que accionó su arma lo hizo premeditada y alevosamente para matar al revoltoso. Incluso, me atrevería a afirmar, fue tan accidental como cuando un vehículo conducido por una persona normal sin rastro de alcohol  en la sangre, atropella y mata a un peatón, generalmente responsable del accidente, por precipitarse a la calzada sin mirar antes si el campo estaba libre.

Siendo objetivos y a la luz de las acciones tomadas por el Poder Judicial y la PNP sancionando tanto a la jueza como a los efectivos presentes para garantizar el desalojo; no hay duda que, públicamente, el Estado ha dado un claro mensaje a todos quienes se zurran en la ley y el orden:

Delincuentes y prevaricadores del Perú, no os preocupéis, seguid adelante perpetrando vuestros delitos que nosotros, los que mandamos, nos ocuparemos de sancionar a quienes osen interferir  el ejercicio de vuestras operaciones delincuenciales.

¿Exagerado? No lo creo, porque en adelante los jueces tendrían que ser bien cojudos para decretar desalojos (los usurpadores de terrenos deben estar celebrando) y, la PNP, ¿para qué va a darse el trabajo de reprimir a los infractores (el occiso lo fue) si luego estará sujeta a críticas como sucede ahora, Así, lo más inteligente será mirar hacia otro lado y la tan mentada inseguridad continuará creciendo como la espuma.