EL ALCALDE EN SU LABERINTO

 

(Piura, 14 julio 2022)

 

Luis Gulman Checa

 

El día de ayer nos informamos que el alcalde de la MPP, cual Cid Campeador, se  enfrentó valientemente a los regidores de las comisiones de Planificación y Desarrollo Urbano por cuanto rechazaron, tajantemente,   su propuesta para suscribir un convenio con el Colegio de Ingenieros con el fin que AYUDARA en la supervisión de los obras municipales.

 

Semejante proposición ratifica el aserto que dice: “El camino al infierno está lleno de buenas intenciones”,  al no existir posibilidad ni forma alguna  que un ente gremial, sin calificaciones para el fin de supervisar, pueda “meter su cuchara” pervirtiendo el magnífico y claro protocolo existente para la ejecución de Obras Pública, el cual, como es obvio, el alcalde ignora absolutamente.

 

Digresión:

 

Si alguien dijera que el párrafo anterior es aberrante habida cuenta la interminable serie de obras públicas envueltas en mil problemas, le diré que el problema no está en el reglamento y/o mecanismo para su ejecución sino en la corrupción que ha inundado el aparato público tan igual como el verano del 2017, por pura incapacidad de las autoridades (in) competentes, el río Piura inundó el centro de nuestra ciudad.

 

Tengamos presente que el ANCLA fundamental para preservar la pureza en la ejecución de obras públicas es la Entidad Dueña de Obra, en el caso presente la MMP cuya cabeza es el alcalde, el cual, no solo tiene que ser puro y honrado, sino también rodearse de personas capaces y cristalinas, deviniendo en criminal e incalificable postular a un cargo público sin contar con un EQUIPO calificado para desempeñar la tarea. ¿Habrá sido tal el caso del alcalde?

 

Consideremos que una entidad pública integrada por personas idóneas (honestas y calificadas) no requiere la ayuda de nadie (incluido el Espíritu Santo) para ejecutar sus obras sin problema alguno, es decir, respetando presupuesto, plazo de ejecución y calidad. ¿Por qué? Por cuanto todos los pasos para ejecutarlas serán  impecables. Veamos:

 

·         El Expediente de obra será de primera calidad.

·         La Comisión de Licitación estará conformada por personas que no “venderían su alma a ningún precio”, es decir, adjudicarían la obra al MEJOR POSTOR.

·         Iguales características tendrá la Comisión que elija al Supervisor.

 

Entonces, educadamente, le hago notar al alcalde que su pretensión de involucrar al Colegio de Ingenieros (que necesariamente alberga a todos los ingenieros corruptos que joden las obras), es un disparate, y, más bien, debe dirigir la mirada el interior del ente a su cargo y eliminar la inmundicia.