EMERGENCIA REAL Y
AUTÉNTICA
(Piura, 14 junio 2023)
Luis Gulman Checa
“Situación imprevista que requiere especial atención debiendo
solucionarse lo antes posible”.
Tal
es la definición de emergencia y, en consecuencia, en mi opinión calza
perfectamente para referir el pésimo estado de las vías en la ciudad de Piura,
ergo, tornarlas transitables es la tarea a la que debieran abocarse las ¿autoridades?
si tuvieran tanto algo de sentido común como los pies en el suelo, y, además y
obviamente, si fueran tan puras como la Virgen María, en este caso, honradas e incorruptibles.
Además,
ello sería coherente con la cantaleta de los “Nostradamus” modernos
atosigándonos con el discurso que el próximo verano seríamos víctimas de un
diluvio brutal y destructivo, pues, si ello ocurriera y las vías no fueran
construidas como Dios manda (digamos, siguiendo el modelo de Santa Isabel), los
piuranos tendríamos que movilizarnos en piajenos, con el agravante que estos
nobles animales casi desaparecieron siendo reemplazados por motocicletas y moto
furgones.
Sin
embargo, la ¿autoridad responsable?, en
vez de haberse abocado a tal tarea, estúpida e irracionalmente, está sembrando
ROMPE MUELLES (señalamiento subliminal que los conductores son tan bestias como ellas mismas), es decir,
en vez de procurar darle fluidez y comodidad al tránsito, le colocan más trabas
e impedimentos que, para colmo, cuestan dinero.
Analicemos,
por ejemplo, la actitud del alcalde de la MPP que llegó de Tambogrande y
continúa atendiendo diariamente su consultorio en tal ciudad, respecto a su
irrefrenable afán por salvar a los sufridos ciudadanos que moran en las
llamadas “cuencas Ciegas”, por lo que está solicitando a gritos (absurda,
irracional y sospechosamente) apoyado por medios de prensa, cuando, mil veces
más prioritario y acorde con sus funciones, es dedicarse en cuerpo y alma a
librar a la ciudad del brutal caos en el que está sumergida. ¿Una prueba?
Ubíquese en algún punto de la Av. Sánchez Cerro (sin tapones para los
oídos) y será víctima de los estruendos producidos tanto por bocinas de todo
calibre como por los escapes libres del que hacen gala vehículos de todo tipo.
Ello
no es la única muestra porque, fatalmente, por todas partes hallamos muestras
del caos que nos asola:
·
Basura por doquier,
·
Vehículos estacionados
zurrándose en las veredas pintadas de amarillo o clavándose en plena esquina
impidiendo el giro libre. Etc.