SÍ HAY ESPERANZA
(Piura, 15 junio 2023)
Luis Gulman Checa
Acabo
de gozar de una inmensa satisfacción demostrándome que no todo está perdido,
pues, sí hay personas honorables y de bien en nuestra tierra. Veamos:
Recibí un monto de dinero con la indicación del mismo. No me tomé la
molestia de verificarlo y fui a la ventanilla del Banco GNB a depositarlo. Me
llamó la atención que la dama contaba y recontaba al extremo que pregunté:
¿falta? Me miró y entregó un billete de S/. 50.00 que excedía el monto que le
dije estaba depositando.
De
inmediato me vino la mente lo
maravillosa que sería nuestra tierra si todas las autoridades que elegimos en
las últimas décadas hubieran sido tan puras y honestas como la citada dama.
Para empezar, en el departamento no hubiera ni una sola Obra Pública envuelta
en mil problemas, todos los cuales, lo saben hasta los pollinos, se deben a la
corrupción agravada por la ignorancia de la mayor parte de los funcionarios
públicos.
Obviamente,
vino a mi mente el feraz valle del Alto Piura convertido en un paraíso
generador de incalculable riqueza gracias no solo al gran incremento de su área
de cultivo sino a la proliferación de cultivos altamente tecnificados y con
productividades fabulosas gracias a la regulación del riego debido a la
derivación del Río Huancabamba concretada más de un cuarto de siglo atrás.
No
solo ello, nuestra tierra habría puesto su granito de arena en la producción de
energía eléctrica limpia, renovable y eterna gracias a la construcción de dos
CC. HH. de 150 megavatios de potencia instalada cada una.
Seguí
soñando y divisé la Colonización San Lorenzo y Cieneguillo con sus áreas
grandemente incrementadas y carentes de canales los que habían sido sustituidos
por tuberías que alimentaban los sistemas de riego presurizados, razón por la
que las áreas de ampliaron al optimizar el uso del agua.
Piura,
antaño ordenada y vivible, aparecía
similar a una ciudad del primer mundo, es decir, la cara opuesta al caos,
desorden e inmundicia que actualmente la asola por la única razón que, inexplicablemente, por
décadas, hemos perpetrado el crimen de ponerla en manos de bestias y/o
indeseables. ¿Un ejemplo? Un lustro
atrás, optamos por darle una figurada patada a una persona honorable e
intachable como el Arq. Pablo Zegarra poniéndola en manos de quien, preservando
mi hígado, no señalaré su nombre. ¡QUÉ BESTIAS!
Estimados: continúen
soñando.