PAYASADAS
(Artículo publicado en la edición de “El Tiempo” del
02.04.2015)
Luis Gulman Checa
¡Que los payasos nos entretengan cuando vamos
al circo está muy bien, pero que, irresponsablemente desempeñen cargos
relevantes, es fatal para la sociedad!
Me referiré, en primer lugar, al payaso que
dispuso prohibir el tránsito vehicular por el llamado “Cuarto Puente”, el más moderno
de la ciudad que soportó, “sin pestañear”, durante el FEN de 1998, un caudal de 4,424 m3/seg. Sin embargo, alguien cortó el paso de
los vehículos discurriendo entre 500 y 600 m3/seg.
Ahora, lo que debería informarse, especialmente cuando impera la
transparencia y la honestidad, es el nombre y apellido del o los responsables
de tamaña arbitrariedad, desatino y/o abuso
contra la ciudadanía, además, por supuesto, de sembrar el pánico y la
zozobra sin motivo ni justificación.
Pregunto: ¿El o los responsables, ya son eunucos -
figurativamente - o continúan tal cual?
De la otra increíble y lamentable situación
me informé leyendo la edición de este diario del 30.03.2015, donde aparece una
información con el siguiente titular:
Monseñor pide a los católicos rezar para que
cesen las lluvias excesivas.
Exhorta a los feligreses acercarse a Jesús,
alejándose del descanso y el pecado.
De inmediato me vino a la mente un antiguo
desatino del mismo Monseñor, cuando, sin ton ni son ni venir a cuento y, en mi
opinión, incurriendo en falta de respeto, se refirió a la “Mechita”, en alusión
a la Virgen de las Mercedes. Si lo hubiera hecho para caer simpático, le
sugeriría tuviera a bien referirse, por ejemplo, a San Martín de Porres,
aludiendo al “negrito simpaticón”.
Respecto a las lluvias - fundamentales para
restablecer el Bosque seco - al contrario de la exhortación de Monseñor, ruego
a la providencia que no corte imprevista y prematuramente este beneficioso
ciclo de lluvias, especialmente pensando en el bienestar de los miles de
campesinos que recién sembraron sus campos de secano, quienes, si Monseñor fuera oído, quedarían sumidos en la pobreza
porque no solo no recuperarían el dinero invertido, sino agravarían su precaria condición económica.
Más bien, feligreses, agradezcan a la
providencia por estas lluvias porque estaba latente el peligro que los
reservorios se secaran, en cuyo caso, muchas plantaciones que existen porque
“torcieron el brazo a la ley”, hubieran sucumbido con nefastas consecuencias
para las decenas de miles de campesinos que obtienen su sustento laborando en
ellas.