CANON: LLORAR SOBRE LECHE DERRAMADA
(Piura, 25 junio del 2015)
Luis Gulman Checa
Con todo respeto hacia quienes protestan, se
quejan y exigen al Ejecutivo
“restituir” las asignaciones
provenientes del Canon Petrolero a municipios y gobierno regional, al haberse
minimizado a raíz del desplome del precio del crudo; les digo que tal actitud
me causa enorme vergüenza ajena.
Si el canon es un beneficio específico para
las zonas productoras de recursos no renovables - petróleo y minerales -, está claro que el monto del
mismo tendrá relación directa tanto con el valor del bien como con el volumen
producido. Así, por ejemplo, si en Talara los pozos produjeran al nivel de los de
Arabia Saudita y el crudo costara US $ 200.00 el barril, el canon que recibiría
la región sería tan fantásticamente alto que, de acuerdo a la forma cómo se ha
venido disponiendo del mismo desde que se creó:
“Nuestras autoridades
serían inmensamente ricas”
¿Qué quiero decir? Que los piuranos, carentes
de liderazgo honesto y visionario, fuimos incapaces de utilizar tal beneficio,
durante las décadas que lo venimos disfrutando, pensando en el futuro, es
decir, olvidando que su razón de ser era generar nuevas fuentes de producción
permanentes que sustentaran nuestra desarrollo y economía una vez agotado el
recurso natural.
Sin embargo, ¿acaso no es cierto que lo
dilapidamos en obritas de dos por medio, útiles para engordar bolsillos sucios de tantas
autoridades que asumieron con “una mano atrás y otra adelante” y dejaron los
cargos nadando en la abundancia?
Reitero mi pedido tantas veces formulado:
¡Que algún experto
y/o súper técnico muestre un solo logro regional que honre la rezón de ser del
canon!
Una digresión oportuna y pertinente:
¿Por qué, provincias
como Ayabaca y Huancabamba, que le niegan a la región el derecho a disfrutar
del canon minero que sus ricos yacimientos minerales deberían estarle
generando, sí son beneficiadas con el canon petrolero?