PIURA Y EL AGUA (III)
(Piura, 06 marzo 2020)
Luis Gulman Checa
Cuando el 03 de octubre de 1968 el General Juan
Velasco Alvarado derrocó al presidente Fernando Belaunde inaugurando el
Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada (*), la situación mayoritaria de los agricultores piuranos seguía
herida y sangrante a raíz del fatídico 1965, razón que podría haber sido la
justificación para que los piuranos actuaran, muy mayoritariamente, cual cuyes
de tómbola y/o mansos borregos, dejándose despojar sus tierras sin mover ni un
dedo, permitiendo así que la actividad agropecuaria piurana fuera vilmente
destruida a consecuencia de la malhadada Ley de Reforma Agraria, 17716,
promulgada por el flamante gobierno con el claro propósito de eliminar la propiedad
privada en el campo para implantar un sistema de propiedad colectiva tan igual
como en la Unión Soviética, China o Cuba.
La pléyade de militares con inclinaciones
claramente comunistas que rodeaban al General Velasco Alvarado, se dejaron
envolver por los encantos del comunismo yugoslavo liderado por Tito Broz y su
nuevo modelo de la autogestión obrera, situación final que los militares peruanos
habían decidido implantar en el país.(**)
Retomando nuestro tema, milagrosamente para
Piura, fruto del embelesamiento por lo yugoslavo; el anhelo esperado durante
tanto tiempo de derivar las aguas del río Chira al valle del Piura se hizo
realidad y apareció la empresa Energoprojekt para llevarlo a cabo, debiendo
reconocer, al margen que por aquel entonces hubiera merecido el calificativo de
comunista, socialista o que fuere,
equivalió a maná caído del cielo por la comprobada calidad y probidad de la
misma ejecutando obras impecables.
No obstante, la ejecución de la mega obra
continuó durante los gobiernos siguientes del reelecto Fernando Belaunde y de
Alan García, ejecutándose la II y la III Etapa, respectivamente.
Así entonces, el Gobierno Revolucionario de la
Fuerza Armada liderado por el piurano y exsanmiguelino, Juan Velasco Alvarado,
equivalió para Piura a una moneda de dos caras:
Mientras una mostraba
una obra formidable que hubiera elevado el potencial agropecuario piurano a la
estratósfera, en la otra, para nuestra desgracia, el aparato productivo yacía herido de muerte a
consecuencia de la expulsión de los que sabían, habiendo sido, estúpida y
criminalmente, puesto en manos de personas que ni lo habían pedido ni tenían la
menor idea de cómo manejarlo.
Tan lamentable estado de cosas significó que
por décadas y, fatalmente, hasta la actualidad, el invaluable bien que es el
agua regulada (de ambos reservorios: San Lorenzo y Poechos) no solo haya estado
a cargo y continúe en manos de ignaros, pícaros e incompetentes, sino que, precisamente
por ello, viene siendo desperdiciada y tirada postergando el desarrollo y
bienestar de cientos de miles de piuranos.
(*) Sería recomendable que
los “expertos” determinaran cuál de ambos males fue más nocivo para nuestro
país: la guerra del siglo antepasado en la que los envidiosos chilenos asolaron
nuestra tierra o el citado Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada que
equivalente a un cuchillo clavado alevemente en nuestra espalda.
(**) Esclarecedor ensayo
obra del Ing. Agrónomo Luis Gamarra Otero.