PIURA Y EL AGUA (VI)

(Piura, 11 marzo 2020)

Luis Gulman Checa

En el desarrollo del bien llamado “Sistema Chira Piura”, el valle del Bajo Piura, contando con el financiamiento y supervisión del Banco Mundial, recibió un tratamiento privilegiado, pues, de haber sido un territorio en el que era usual sacar Vírgenes y Santos en procesión para que intercedieran ante el Altísimo a fin que hiciera discurrir el río Piura, y, cuando ello sucedía, tenían que hacer funcionar sus plantas de bombeo para elevar el agua y  regar los campos; quedó convertido en un paradisiaco territorio agrícola con las siguientes características:

·         Gracias al agua regulada almacenada en el reservorio de Poechos, la construcción del Canal de Derivación, la presa de Los Ejidos y el Canal del Bajo Piura, devino en una zona con agua disponible permanentemente.
·         Asimismo, debido a la red de canales secundarios perfectamente revestidos de concreto, las plantas de bombero desaparecieron y se regaba por gravedad.
·         Por las características del suelo era imprescindible perfeccionar el Sistema de Drenaje, lo cual fue la cereza sobre la torta de tan formidable obra, quedando todo dispuesto para que la zona fuera una fantástica generadora de riqueza y bienestar.

El Estudio que sustentó el citado desarrollo del valle, establecía que cada año debía sembrarse el 80% del área  con algodonero en la primera campaña y, en la segunda, cultivos de corto período  como frejol, maíz, cucurbitáceas, etc.

Asimismo, el cultivo del arroz estaba considerado más como práctica cultural para lavado de los suelos, plantándose en la primera campaña en el 20% al que no se le sembró  algodón. Es decir, se establecía una perfecta rotación de modo que un campo, tras cuatro años consecutivos de producir algodón, el quinto, para lavar el suelo, se le sembraba arroz  en  primera campaña.

Desgraciadamente, tan formidable proyección se fue, literal y fatalmente, por el desagüe, por cuanto el Aparato Productivo Agrícola piurano, cuando la obra estuvo disponible, había desaparecido y los nuevos jerarcas, zurrándose en planes, proyectos, inteligencia y sentido común, destruyeron el valle, empezando por el sistema de drenaje, optando por plantar dos campañas de arroz al año.

La figura se replica en el otro valle: el Chira, cuya parte baja, El Arenal, también fue antaño gran productora de algodón de gran calidad contando con un sistema de drenaje, operado y mantenido por los agricultores,  con una planta de bombeo para echar al mar el agua drenada.



Así, cuando le tocó al Valle del Chira, luego del Piura, a pesar de ser el DUEÑO DEL AGUA, ser bendecido por el Estado con los dones que ya había repartido en el Bajo Piura, el proyecto incluía, además de un sifón para asegurar el riego en la zona de El Arenal, construir un perfecto sistema de drenaje.

Sin embargo, confirmando una vez más que Piura devino en una “provincia” de medio pelo, abrupta, irracional e injustificadamente, el responsable del Proyecto Especial Chira Piura - cuyo nombre no consigno por higiene mental -, ante la imperdonable inacción de los perjudicados, eliminó de las obras de la III Etapa del Pechp el drenaje de El Arenal y, además, recortó en varios kilómetros el Canal Norte, decapitándolo en el punto donde entrega al Sifón del Chira.

¡Así estamos!