PIURA Y EL AGUA (IV)
(Piura, 07 marzo 2020)
Luis Gulman Checa
Prueba indiscutible que en la lejana época en
que Piura empezó a disponer de agua
regulada las autoridades no la
vieron, es que la infraestructura hidráulica de la Colonización San
Lorenzo, desde años atrás, viene colapsando y/o destruyéndose por absoluta
falta de mantenimiento, por cuanto a bien tan valioso y requerido, irresponsablemente,
no se le fijó un precio justo que habría generado los ingresos para solventar
tarea tan imprescindible.
Digresión:
Por si alguien considerara inhumano/irracional
cobrar por el agua para el riego, les recuerdo que su uso mayormente fue muy
costoso aunque no fuera el Estado quien se metiera la mano al bolsillo sino los
propios agricultores. ¿Cómo así? Instalando y operando costosas plantas de
bombeo tanto en el río Chira como en el río Piura y sus diversos canales y
también en el Alto Piura donde el asunto era aún más oneroso: quien quería
sembrar con seguridad, debía perforar un pozo, equiparlo y darle de mamar petróleo
permanentemente.
Para aquilatar en su justa dimensión tal barbaridad,
es equiparable a que el Estado peruano regalara los combustibles a todo el que
los requiriera. ¿Por qué? Porque ambos, combustibles y agua regulada,
requirieron de grandes inversiones del Estado para ponerlos a nuestra disposición.
Sin embargo, peor o tan nefasto como el haber
llevado la infraestructura hidráulica a la destrucción por falta de mantenimiento
por regalar la valiosísima agua regulada, fue que la misma se desperdiciara en
todo el sentido del término: usándola descuidadamente y plantando, en gran
medida, cultivos de dos por medio.
Lo descrito es historia estando ahora
enfrentados a una tarea dura y complicada: decidir qué hacer y/o qué camino
tomar para que lo que más de medio siglo atrás debió ser un emprendimiento
colonizador de categoría mundial y
devino en el desengaño actual; tome el camino correcto para que en el futuro
próximo supere las metas soñadas cuando fue concebido.
El camino, considerando que en el país contamos
con irrigaciones que sí pusieron un precio al agua regulada como Chavimochic y Olmos, y,
también, que la tecnología revolucionó
los sistemas de riego; debería ser el siguiente:
Convocar una Licitación
Internacional para ceder en concesión por un período de 50 años renovables, la
Reconstrucción, Operación y Mantenimiento de la Colonización San Lorenzo.
Si así se hiciera y la convocatoria atrajera
inversores de alto nivel, en el futuro mediato el panorama sería m/m así:
·
Los
canales se habrían minimizado y el agua, mayormente, discurriría por tuberías.
·
El
área se habría duplicado gracias a que el 100% del riego se volcaría a sistemas
presurizados.
·
Las
plantaciones, de altísimo valor y rentabilidad, habrían generado tan grande
movilidad económica que las ciudades de Tambogrande y las Lomas, habrían dejado
convertida a la vecina Macará (actual urbe frente a las nuestras) en un pueblo
joven.
·
Continúe
usted, estimado lector (a).