POLÉMICA SOBRE EL CANON
(Piura, 13 mayo 2021)
Luis Gulman Checa
A raíz del artículo “Canon y Populismo” del
pasado día 10, he recibido respetables observaciones de personas conformes en
que tales recursos sean repartidos entre la población, según aducen, imitando
el procedimiento vigente, por ejemplo, en Canadá y Alaska. Opinión respetable
y, aparentemente, lógica y racional pero que obvia, absolutamente, las
abismales diferencias entre tales Estados y nuestro atrasado Perú.
Imaginemos que se hizo la luz en nuestro
departamento poniéndose en marcha la explotación de los yacimientos de “Río
Blanco”, en Ayabaca y Huancabamba y “El Faique”, en la comunidad Apóstol Juan
Bautista de Locuto, Tambogrande y, en corto plazo, empiezan a fluir los recursos
provenientes del Canon Minero. ¿Sería racional repartirlo entre los pobladores
(acción muy fácil de expresar pero infinitamente difícil de concretar) cuando tales
territorios se hayan sumidos en el atraso y sus pobladores - como en el caso de
los tambograndinos quienes no disponen ni siquiera de agua potable - sufren de
carencias sin fin que requieren grandes inversiones para ser satisfechas?
Sin haber visitado Canadá ni Alaska sé que por
esos lares la vida es muy diferente a la nuestra por una simple razón: mientras
ambos pertenecen al PRIMER MUNDO en el que las poblaciones tienen cubiertos
todos sus requerimientos, en nuestro país, como está al alcance de cualquier
entendimiento, estaríamos en el QUINTO MUNDO asolados por innumerables
carencias, las cuales, obviamente, requieren de grandes inversiones para ser
erradicadas, es decir, enormes montos de dinero como los proveídos por el Canon
Minero.
Argüir el despilfarro ocurrido con el Canon
Petrolero recibido en Piura desde más de tres décadas atrás como justificación
para repartir entre la población los que pudiéramos recibir en el futuro, sería
impropio de seres pensantes al equivaler a pretender subsanar un error
perpetrando otro peor. ¿Por qué? Por cuanto, me reafirmo en lo expresado
respecto a la atomización del mismo en vez de haberlo manejado como un todo,
así se pulverizó eliminando la
concreción de su objetivo, cual fue, reitero, crear nuevas fuentes de riqueza
para suplir los ingresos provenientes de la explotación de los recursos explotados
(petróleo o minerales) tan luego estos se agotaran.
Considero que el citado error perpetrado con el
(pésimo) uso/destino del Canon Petrolero, tasajeándolo y repartiéndolo entre
entidades, muy mayoritariamente, carcomidas por la corrupción e ignorancia, se
agravaría si en vez de reorientar la gerencia de tales recursos para sacarles
el jugo en pro de las mayorías nacionales realizando grandes inversiones, lo
destináramos a ser malgastados por bolsillos ciudadanos.