EDUCACIÓN: VALOR INVALUABLE

 

(Piura, 22 junio 2021)

 

Luis Gulman Checa

 

Empecemos definiéndola: ”Formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad  a la que pertenecen”. Así, entonces, hablando en criollo, es un valor fundamental para la sana y tranquila vida al interior de los núcleos humanos, resaltando, obviamente, que la primera condición para merecer el calificativo de educado es respetar al prójimo.

 

Dicho ello, estimado lector, ¿ha visitado usted Suiza? Yo tampoco. Sin embargo,  gracias a la gran intercomunicación imperante en la tierra, es sabido que en ese país está absolutamente prohibido/penado hacer correr el inodoro en edificios de departamentos pasadas las 23 horas por cuanto el ruido perturbaría el dulce sueño de los vecinos, lo que demuestra que por aquellos lares la educación sí ha echado profundas raíces y la vida discurre grata y placenteramente.

 

Se podrían poner innumerables ejemplos imperantes donde la educación reina que  nosotros los consideraríamos huevadas o tonterías, como, por ejemplo, que en ese país es imposible que un auto circule con más de dos personas en el asiento posterior por la simple razón que existe una norma que así lo dispone y a nadie se le ocurre burlarla.

 

Lo natural, siendo el hombre un ser racional, es que la educación debería ser un atributo similar al respirar en el sentido que así como a nadie se le enseña  a hacer trabajar los pulmones, así también, congénitamente, el hombre debiera respetar a sus congéneres, ergo, ser educado por naturaleza.

 

Sin embargo, la cruda y triste realidad nos demuestra que entre nosotros ello no solo no es así sino que abundan las personas que de tal solo tienen la apariencia, siendo su conducta propia de seres bestiales e irracionales, como, por ejemplo, el mal parido  circulando a la medianoche conduciendo una motocicleta con escape libre haciendo patente que se zurra en los derechos del prójimo.

 

Entonces, estando demostrado que el hombre no es congénitamente educado, debemos traer a colación el aserto que dice La letra con sangre entra, en el sentido que para educar a toda la población es imprescindible reprimir fuerte y oportunamente a todas las personas que infringen las normas vigentes, es decir, no son educadas, por lo que, cayéndoles encima el peso de la ley cuando se desvían del camino señalado, muy pronto se convertirán en seres educados.

 

Un ejemplo de orden práctico para explicar el significado del peso de la ley referido al sujeto señalado líneas arriba conduciendo una motocicleta con escape libre a la medianoche:

 

Si fuera abatido con una ametralladora, nadie, nunca jamás,  osaría imitarlo