R E F L E X I O N E S

 

(Piura, 03 junio 2021)

 

Luis Gulman Checa

 

A primera hora veía en TV un largo y tedioso informe sobre un narcotraficante, cuyo nombre es irrelevante, calificado    por el alto oficial PNP entrevistado como el “fulano que dormía sobre dos toneladas de marihuana”.

 

Resumiendo, el producto era importado de Colombia, como también otros estupefacientes que mencionaron a la volada.

 

Viendo el gran despliegue de miembros de la PNP alrededor del botín y, también, custodiando al imputado - aunque desarmado, acongojado y contrito - me vino una vez más a la mente la irracionalidad de la llamada “Guerra contra las drogas”, la cual es tan absurda e inútil como la masacre ocasionada en Vietnam años atrás por la simple y llana razón que hasta un deficiente mental sabe que el narcotráfico JAMÁS SERÁ DERROTADO por esa vía.  Por lo contrario, la intensificación de la irracional contienda solo servirá para incrementar el número de occisos (muchos sin vela en el entierro); la cantidad tanto de capos narcotraficantes como de sus fortunas y, cómo no, el número de funcionarios, repartidos a lo largo y ancho de la tierra, aparentes adalides en la citada guerra, enriqueciéndose a través de las coimas que sus supuestos perseguidos les entregan para que el negocio siga boyante.

 

¿Será cierta la “leyenda urbana” que los altos cargos policiales y militares en zonas donde cunde el narcotráfico, se subastan al mejor postor?

 

Sin embargo, estando inmersos en un proceso electoral signado por el desprecio absoluto a la libre determinación del ser humano, prueba de lo cual es la obligatoriedad, bajo pena de muerte (la multa puede tener tal efecto en ciertas personas), de asistir a votar; de inmediato me vino a la mente la gran contradicción implícita en la existencia de ambas medidas:

 

¿Por qué diablos,  mientras de un lado se obliga a las personas  asistir a las urnas zurrándose en la libre determinación, de otra parte, tratándolas como si fueran bestias irracionales, se les prohíbe METERSE ENTRE PECHO Y ESPALDA lo que les nazca del forro?

 

Empeorando la vigencia de la citada guerra, sus impulsores demuestran ignorar la gran atracción que siente el ser humano por lo prohibido. Así entonces, el narcotráfico goza de una propaganda fenomenal, pagada no por ellos sino por sus supuestos perseguidores.

 

¿Es tan difícil entender que liberando el uso de drogas la lacra morirá por inanición?