SERES HUMANOS: ENVIDIANDO AL GANADO

 

(Piura, 25 junio 2021)

 

Luis Gulman Checa

 

Salí a primera hora de casa ubicada en el centro, calle Lima, sorprendiéndome distinguir una compacta y larga hilera de personas, obviamente, esperando su turno para lograr alguna dádiva/gracia/regalo. Sin embargo, al acercarme e indagar, se trataba de una kilométrica fila  para recibir la vacuna anti Covid. Así, una vez más, a pesar de la monótona cantaleta referida al irrestricto respeto que se  debe prodigar a las personas, como, por ejemplo, cuando estúpida e irracionalmente se oponen a la explotación de nuestros recursos  minerales jodiendo a toda la población negándole disponer del Canon Minero; en este caso el desprecio contra tales derechos se hizo patente.

 

Apreciando tan brutal atropello a la dignidad del hombre, instantáneamente, mi mente retrocedió a la época en que tenía a cargo un establo lechero recordando el cuidado, atención, cariño y esmero que se les prodigaba a tan nobles animales, pues, en el momento cumbre del ordeño, además de ser llamadas por su nombre, eran bien alimentadas, acariciadas y mimadas, es decir, recibían un trato que envidiarían personas como las señaladas.

 

Se supone que los humanos somos seres pensantes y racionales, ergo, razonamos. Si ello fuera cierto jamás deberíamos ver escenas como la comentada al ser inhumano obligar a personas de edad avanzada a permanecer de pie hora tras hora arrastrando su humanidad a paso de tortuga mientras el sol, la sed, el hambre, la vejiga y otras urgencias se abaten sobre ellas.

 

Para hacer más grave lo descrito y, considerando que la época en que las personas se comunicaban a través de palomas mensajeras quedó en el olvido  y estando vigente un sofisticado sistema comunicacional a través de la internet, y, siendo evidente que el 99% de los ciudadanos disponen de un teléfono celular, me pregunto si no es posible establecer el siguiente procedimiento para vacunar a las personas sin atentar contra su dignidad:

 

José, Juan o Jacinta, recibe un mensaje indicándole que tal fecha a tal hora se acerque a tal lugar para recibir la vacuna.

 

Reconociéndome cuasi ignaro en las modernas tecnologías que invadieron las comunicaciones, pero, apreciando, por ejemplo, cómo se constata, en un santiamén, qué resultado obtuvieron  los números de su Tinka, lotería que abarca el país entero; considero factible la propuesta, habida cuenta que la anterior, referida a que los vacunadores deberían recorrer las calles tras previo aviso, cayó en saco roto.