DICHO Y HECHO
(Piura, 11 abril 2022)
Luis Gulman Checa
La edición de “Correo” de la fecha apareció con
tremenda portada ratificando lo sostenido en mi artículo anterior: Los miembros
de la PNP son tratados por el Aparato de Justicia con PUÑO DE HIERRO, mientras
avezados asesinos, ladrones y sicarios, con GUANTE DE SEDA.
FISCAL PIDE CÁRCEL PARA 4 POLICÍAS
El Ministerio Público solicita 35 años de prisión para un
teniente y 25 años para tres suboficiales PNP, por el asesinato de un
universitario.
Se trata del fatal y lamentable accidente/error
acaecido el mes de julio del 2018 en la ciudad de Sullana cuando una camioneta
en la que se trasladaban cinco jóvenes fue acribillada por tales policías confundiéndola
con el vehículo en el que huían rufianes que habían perpetrado un robo en Querecotillo.
Sin ser letrado, el sentido común me dice que
semejante pena es de aplicación para quien, a propósito, con alevosía y
ventaja, le quita la vida a una persona descargando el arma de fuego que porta
en sus manos con tal fin, por cuanto en nuestro país no es de aplicación la
pena de muerte.
Preguntémonos si tan desgraciado teniente (en
atención a la desgracia que pende sobre su cabeza por culpa de un fiscal
incalificable) es un asesino congénito, por cuanto, si así fuera, tendríamos
que echarnos a temblar de terror al estar demostrado que en las filas de la PNP
entra cualquiera (así como en el Congreso, Municipalidades, GORES o Palacio de
Gobierno) sin ser analizados, por sus cuatro costados, previa y exhaustivamente.
No tengo la menor duda que la escalada de la
delincuencia en el Perú se debe, en primer lugar, a la punible y repudiable
inacción del Aparato de Justicia, el cual, como es evidente hasta para un
ciego, en gran medida (contando con muchas personas dignas y honestas) ha sido
infestado por magistrados que se zurran en sus juramentos cuando asumieron el
cargo.
Así, entonces, estando claro que es imprescindible
realizar urgentemente varias reformas en nuestro país, como, por ejemplo, el
sistema electoral (voto facultativo); establecer requisitos para postular a
cargos públicos; etc.; es fundamental reformar el citado Aparato
imposibilitando el ingreso al mismo de resentidos, ignaros, corruptos y/o cualquiera que no sea digno y respetable.
Cerremos los ojos y preguntémonos lo siguiente:
¿Acaso no sería
maravilloso si el Aparato de Justicia fuera impoluto?