VEHÍCULOS ASESINOS
(Piura, 21 abril 2022)
Luis Gulman Checa
Dejemos de lado la espantosa crisis que estamos
sufriendo a causa de la supina estupidez de una mayoría de peruanos al elegir a
Pedro Castillo como presidente de la República, centrándonos en asuntos
aparentemente intrascendentes aunque han inspirado el epígrafe. Me refiero a
los constantes titulares aparecidos en los diarios dando cuenta de moto taxis y motocicletas ARROLLADAS
por vehículos de cuatro ruedas, dejando la sensación en el lector que tales
conductores son asesinos brutales que los embisten a propósito.
Al respecto, modesta y delicadamente, me atrevo
a llamar la atención de los medios para que en vez de “amarillarse” y fomentar
escándalos aprovechando esta imparable racha de occisos, tomen consciencia de
la realidad llevando a cabo campañas para educar y hacer entender a la gran
cantidad de conductores de estos vehículos, que prefiero no calificar,
circulando sin luces de peligro, algunos
totalmente “ciegos” y zurrándose en las normas de tránsito.
Personalmente considero que quien conduce un
vehículo cuyas luces no funcionen perfectamente es merecedor de los siguientes
adjetivos calificativos:
Bestia, irracional,
descerebrado, salvaje, suicida potencial, etc.
Recordemos que los vehículos están obligados a
pasar una Revisión Técnica anual certificatoria que se encuentran en
condiciones aptas que les permiten continuar circulando, siendo un requisito
fundamental que TODOS SUS FAROS funcionen perfectamente. Así, podrán alertar al
conductor del vehículo que los sigue cuando pisan el freno (luz de peligro) o
cuando van a girar a derecha o izquierda (luces direccionales).
Entonces, les aconsejo que en vez de esperar se
produzcan los occisos para “amarillar”
sus páginas, hagan trabajo de campo constatando que la mayoría de moto
taxis y motocicletas carecen de luces de peligro y direccionales
constituyéndose en reales trampas mortales para conductores y pasajeros y
desgraciadas para el conductor del vehículo de cuatro ruedas que tuvo la
desdicha de atropellarlos, lo cual, en la gran mayoría de los casos es de plena
responsabilidad del conductor del vehículo menor.
La irresponsabilidad y/o bestialidad no se
limita a la carencia de luces sino a muchas otras violaciones, como, por
ejemplo, la invasión de estos vehículos de la moderna avenida Sánchez Cerro que
les está vedada debiendo circular por las vías auxiliares.
Finalmente:
¿Habrá un ente público
encargado de evitar la circulación de estos salvajes?