ESTADO DE EMERGENCIA
(Piura, 13 octubre 2022)
Luis Gulman Checa
Empecemos definiendo el
concepto del epígrafe:
“Se dicta en caso de
perturbación de la paz o del orden interno de un Estado, ya sea a consecuencia
de catástrofes, brotes de enfermedades contagiosas, graves circunstancias
políticas o civiles que afectan o impiden la vida normal de una comunidad,
región o país”
En Piura, en los últimos años, hemos disfrutado
de varias situaciones como la señalada a veces por razones nimias e
intrascendentes, como, por, ejemplo, lluvias m/m copiosas. La “VENTAJA” que
tales declaratorias ofrecen a las autoridades es que los procedimientos
establecidos para ejecutar presupuestos quedan suspendidos, siendo posible
comprar bienes o adjudicar Obras o Estudios a gusto de la autoridad, a dedo,
dejando de lado tediosas y complicadas
licitaciones y concursos.
Ahora, ubiquémonos en los tiempos que corren
analizando la interminable lista de situaciones/delitos/crímenes en proceso que
vienen asolando al Perú a partir de la elección de Pedro Castillo como
presidente de la República y, serena y concienzudamente, preguntémonos si no es
propio afirmar lo siguiente:
¡El Estado peruano
atraviesa un atroz Estado de Emergencia!
Digresión justa y necesaria:
Si bien es cierto lo afirmado líneas arriba,
también lo es que nuestro Estado entró en grave crisis desde décadas atrás
(recordemos la situación de tantos expresidentes de la República). Sin embargo,
con la asunción de Pedro Castillo se potenció el desastre estando a punto de precipitarnos
por el abismo. Así, solo un milagro o la aparición de una mano milagrosa
podrían salvarnos.
Al Grano. Siendo que las declaraciones de
emergencia dejan en suspenso las normas vigentes para afrontar con la necesaria
rapidez los males/desastres que afectan a la comunidad; ¿acaso no es del más
simple sentido común que igual medida debe adoptarse en la hora actual para
salvar al Perú y a los peruanos?
La respuesta, para cualquier ser m/m pensante,
es una sola: CLARO QUE SÍ.
Conclusión:
Siendo la permanencia de Pedro Castillo en la presidencia de la República la lacra que viene destruyéndonos y, siendo real el Estado de Emergencia, dejemos en suspenso la Constitución Política y echémoslo acompañado