¿OCHO MIL MILLONES AL AGUA?
(Piura, 29 octubre 2022)
Luis Gulman Checa
Con todo respeto, afirmo se requiere ser deficiente mental para recibir
con gritos de alegría la información sobre el monto de dinero referido en el
epígrafe para proteger la ciudad de Piura y anexos de la ¿mortal espada de
Damocles? pendiendo sobre su cabeza representada por la quebrada llamada Río
Piura que discurre dignamente una vez a las quinientas.
Hay que ser ciego y/o idiota para NO VER que el
escándalo generado a partir de la llamada inundación de la ciudad de Piura el
verano del 2017, es promovido por los pícaros, sinvergüenzas y rateros
dedicados a rapiñar el erario inventando peligros mortales amenazando a la
población.
¿Qué destruyó la citada inundación además del
asfaltado de dos por medio del malecón Eguiguren, ya pavimentado con concreto y
listo a quedar incólume tras diez “inundaciones” como la del referido año?
Además, hago notar, una vez más, que la
elevación del nivel del agua en Piura se debió al grave error de haber mantenido
en servicio el antiguo y corto puente
Independencia, lo que ya se solucionó con el nuevo dejando libre el cauce.
Abramos los ojos identificando todas las
carencias que nos asolan para apreciar nuestra triste realidad. Así, por
ejemplo, ¿cómo estamos los piuranos respecto a servicios esenciales como son
agua y desagüe, salud, educación, seguridad ciudadana, vías de comunicación y
otros?
¿Acaso no está claro hasta para un ciego que
las muertes reales y disimuladas (producción de delincuentes al por mayor)
originadas por estas carencias son mil veces más peligrosas que las “inundaciones”
del río Piura, auténticos adefesios intrascendentes, inofensivos y hasta
propicios para lavar las calles?
Además,
agravando nuestra situación, es público y notorio que quien lideró el
llamado “Plan Maestro”, contratado para ello por el Reino Unido debido a la
nueva moda de encargar a terceros países lleven a cabo lo que antaño hacíamos
nosotros mismos; viene cuestionando a viva voz lo que califica como ESTAFA
contra Piura y los piuranos que vendría
liderando el embajador Inglés en el Perú. Así, entonces, no solo se trataría de una brutal y estúpida inversión
sino que sería un bodrio.
Este público y ácido enfrentamiento debiera
llevarnos a convocar a ambos litigantes a nuestra ciudad para que,
públicamente, lleven a cabo un debate exponiendo sus puntos de vista para que
la verdad saliera a la luz.
No obstante, luego de fijada la cifra real que
costaría implementar el Plan Maestro, deberíamos decidir si sería racional priorizar
tremendo gasto.