PONIEDO LOS PUNTOS SOBRE LAS IES

 

(Piura, 24 octubre 2022)

 

Luis Gulman Checa

 

Me motiva la columna de Renato Sandoval González publicada en la edición de “Correo” de la fecha titulada Empresarios y corruptos; demandando la inmediata derogación de parte del ¿gobierno? de turno de la concesión de la tercera etapa de Chavimochic al corrupto consorcio integrado por Odebrecht y Graña y Montero; a pesar que voces trujillanas claman porque la obra continúe.

 

Reproduzco un párrafo de la citada columna:

 

En la capital de La Libertad, un sector del empresariado (Cámara de Comercio) estaba haciendo lobby para que el consorcio corrupto culmine con la construcción de la presa Palo Redondo con la finalidad de dotarle de agua a las agroexportadores. En este caso, pugnaban por una millonaria adenda a favor de los constructores coimeadores.

 

Personalmente considero el autor anda más perdido que cuy en tómbola olvidando que, para que exista un coimeador, necesariamente tiene que haber un coimero, como lo demuestra la frase que inmortalizó Alejandro Toledo:

 

Paga Barata, carajo.

 

Así, entonces, hay que ser un auténtico caído del palto para SATANIZAR a las empresas contratistas que se vieron obligadas a pagar coimas ante el requerimiento de los corruptos funcionarios peruanos. Además, debe suponerse que todos ellos fueron barridos del mapa (aunque debieron ser capados antes de enviarlos a la cárcel), razón por la que quienes actualmente vienen tratando con el concesionario son personas de bien e intachables por lo que la obra deberá llevarse a cabo pulcramente.

 

El autor sataniza el hecho de haberse suscrito una ADENDA, aclarando que tal concepto  no es mala palabra sino consecuencia de la imperfección del ser humano, razón por la que es usual que tras la firma de un contrato salgan a la luz errores u omisiones  en el Expediente Técnico, situación que la Adenda soluciona.

 

También le hago notar al autor que los agroexportadores no son enemigos ni traidores a la patria, más bien todo lo contrario, pues, sus actividades, además de generar gran demanda de mano de obra formal y bien remunerada, potencia la economía del país, de modo que en vez de denigrarlos debemos rogar se multipliquen al infinito.

 

Finalmente, ¿ha recapacitado don Renato respecto a la calidad de las obras efectuadas por Odebrecht en el país las últimas décadas?