¿EL OCASO DE LOS MEDIOS?

 

(Piura, 05 enero 2022)

 

Luis Gulman Checa

 

Me refiero a los escritos, por cuanto los otros, fruto del internet, no solo se agigantan cada día sino que, para nuestra desgracia, no nos dejan en paz ni cuando estamos en el baño.

 

¿En qué me baso para sospechar están en decadencia? En algo aparentemente trivial pero, bien mirado, revela que la soga de la economía les ajusta cada vez más el cuello:

 

Silenciosa, firme y sostenidamente han ido desapareciendo de sus páginas entretenimientos que hacían las delicias de muchos de sus lectores.

 

La primera ominosa señal apareció en el semanario “Caretas” cuando eliminó “La frase secreta”, un real deleite para todo aquel que quisiera mantener su cerebro en buenas condiciones, tan igual, por ejemplo, como el cambio periódico del aceite a los vehículos. ¿Qué otra razón sino la necesidad de ahorrar pudo existir para su eliminación? En mi caso, asiduo comprador del semanario, cuando voló la página también lo hizo el suscrito borrándose como lector, pues, jamás de los jamases hubiera seguido fiel para informarme, por ejemplo, de los avatares de la inefable “China Tudela”.

 

Pero, a Dios gracias, tal medio no era el único que publicaba la referida página, pues, “El Comercio” también lo hacía en su edición de los miércoles. Sin embargo, transcurrido un tiempo luego de su defunción en “Caretas”, desgraciadamente también se evaporó de las páginas del diario.

 

Precisamente la edición de la víspera del decano me llevó a escribir el presente, pues, los martes, jueves y sábado, religiosamente, publicaba el Geniograma. Sin embargo, el día de ayer (ojalá se trate de un percance pasajero) éste no apareció. Sin embargo, sí se mantuvo viva la columna de los martes del indescriptible sabio, Tomás Unger, famoso desde décadas atrás cuando, mozalbete aún, participó en el concurso televisado dirigido por Pablo de Madalengoitia preguntando por S/. 64,000.00. ¿El tema? Las carreras de automóviles de Fórmula Uno retirándose prudentemente con S/. 32,000.00 en el bolsillo, por cuanto, en la última, le inquirían precisar el color del calzoncillo del ganador del premio tal.

 

Nuestro decano, “El Tiempo”, ha sido otra víctima de esta amenaza, pues, El Crucigrama, que publicaba diariamente, desde buen tiempo atrás fue eclipsado varios días reduciéndose a aparecer tres veces por semana.

 

¿No está más claro que el agua que la desaparición de tales páginas se debió a imprescindibles ajustes económicos?