¿ALEJANDRO TOLEDO RETORNA AL PERÚ?

 

(Piura, 29 septiembre 2021)

 

Luis Gulman Checa

 

Reconfirmando que la justicia tardía - igual a injusticia - es un mal global, un magistrado estadounidense, tras largos años de inexplicable silencio e inacción, decretó  estar probado que el expresidente cometió delito de lavado de activos y colusión, ergo, podrá ser extraditado al Perú.

 

Sin embargo, reflexionemos respecto a si la noticia es buena o mala para los peruanos en atención a las siguientes circunstancias:

 

·         Tenemos un expresidente sentenciado cumpliendo condena y otro con interminable detención domiciliaria con la espada de Damocles pendiendo sobre su cabeza.

 

·         Otro exmandatario, en unión de su joven y decidida esposa, luego de haber cumplido detenciones provisionales, también tiene la misma espada sobre él.

 

·         Para colmo y finalmente, otro, imitando a Salvador Allende que optó por quitarse la vida antes que ceder el poder, siguió el mismo camino para evitar responder a la justicia.

 

De concretarse el retorno de Toledo al país, esposado y derruido moral y anímicamente, para convertirse en uno más de la interminable lista de expresidentes condenados, procesados y/o suicidados; ¿sería un hecho alentador o deprimente para los peruanos de bien? 

 

Me vienen a la mente los contubernios que apreciamos constantemente en el cine  entre jueces y fiscales con delincuentes buscando reducir las penas a cambio de confesiones, llegando a la conclusión que sería mil veces más provechoso aplicarle el mismo mecanismo al, falsamente autodenominado, cholo de acero.

 

Así, la solución ideal es negociar con el incalificable para que entregue al erario la mayor cantidad de millones de dólares que los negociadores pudieran sacarle a cambio de dejarlo libre de ambular por las cantinas que desee en el resto del mundo. Si así fuera, no solo ahorraríamos el gasto de mantenerlo preso sino que las arcas fiscales recibirían una respetable inyección de dinero fresco.

 

Por si alguien objetara que así se le libraría de recibir la justa sentencia que le correspondería por sus crímenes, le respondería que, además de que ya viene pagando por ellos desde que habló Barata, lo propuesto tiene grandes ventajas frente a los escasos años que pasaría en cana en atención a su edad.