NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER
(Piura, 11 septiembre 2021)
Luis Gulman Checa
Es una pena y desgracia para los piuranos que
las ¿autoridades? sigan empeñadas en jugar a la “gallina ciega” al no poder
calificar de otro modo la absurda convocatoria del gobernador de Piura al seno
del Congreso para rendir cuentas, tanto respecto al retraso en la, cacareada,
reconstrucción como en el desastroso
estado que presentan varias obras del sector Salud.
En justicia, quienes debieran ir, figurativamente, directamente al paredón, son todos los
piuranos que, reiteradamente, han aupado a personas no aptas - para decirlo
sueva y delicadamente - para regir el destino del departamento, error que
superó todas los récords mundiales con la elección del actual.
Teniendo en consideración el mensaje de Jesús, “Por
sus obras los conoceréis”, el triste, caótico y lamentable estado que presenta
nuestro departamento es prueba más que suficiente para reconfirmar lo dicho en
el párrafo precedente.
Estando como estamos inmersos en un sistema
donde impera la democracia, es decir, “donde la voz del pueblo es la voz de
Dios”, ¿qué derecho le asistiría al Congreso y/o a Contraloría para emprenderla
contra nuestro gobernador a quien pusimos donde está libre y voluntariamente?
Ahora, cambiando de cristal y llamando a las
cosas por su nombre, ¿acaso no está claro hasta para un ciego que la única
medida viable - similar a cuando se amputa un miembro para combatir la gangrena -
es DISOLVER el gobierno regional invadiéndolo por una cuadrilla de personas de
bien para realizar una labor similar a la desarrollada por las encargadas de
combatir roedores?
Siendo el tema Piura y el gobierno regional, sería
vergonzoso hacerse el distraído dejando pasar el pestilente asunto de la
refinería de Talara (al que me he referido en reiteradas oportunidades), por
cuanto, según mi parecer, el silencio e indiferencia de las autoridades
piuranas cuando este vulgar robo se proyectó y puso en marcha, deviene en
mancha y vergüenza para Piura y los piuranos por haber permitido, una vez más, se
nos use para expoliar el erario.
Lo he dicho y lo reitero:
Con una fracción del
monto dilapidado y robado en la refinería de Talara, se hubiera podido dotar de
agua potable las 24 horas del día todas las localidades de la provincia
petrolera; concretado el Alto Piura e instalar riego presurizado en todo
Cieneguillo, entre muchas otras inversiones útiles.