MOSTREMOS CORDURA Y EDUCACIÓN
(Piura, 22 septiembre 2021)
Luis Gulman Checa
Me motivan las constantes, ruidosas y burdas
manifestaciones en el frontis de la Prefectura
de Piura demostrativas que tales personas no tienen la menor idea de lo que
significa el respeto al prójimo, pues, si así no fuera, jamás de los jamases
ocuparían la vía PÚBLICA interrumpiendo el tránsito vehicular ni, tampoco,
atronarían el espacio con estentóreos e inentendibles reclamos propalados a
través de megáfonos rompiendo el orden y jodiendo a inocentes y abusados vecinos.
¿Será que estas personas no se han enterado que
existe el lápiz y el papel para plasmar
sus pedidos/reclamos/exigencias, de modo que la autoridad acosada se enteré
calmadamente de lo que los perturba?
El más elemental de los sentidos revela que es
mil veces más sencillo lograr algo por las buenas que recurriendo al
insulto, grito y/o, quién sabe, hasta la mentada de madre.
Otra duda que me generan estos
nefastos/vergonzosos/lamentables hechos es el papel cumplido por la PNP, por
cuanto siempre aparecen policías al lado de los manifestantes quedándome la
duda si están para defenderlos y
avalarlos, o, quizá, para evitar cometan
algún acto condenable, como sería, por ejemplo, abatir a tiros al Prefecto y/o
incendiar el local de la prefectura.
Sin embargo, tal no es el único local público
acosado, pues también se repiten los misamos actos vandálicos en la puerta del
GORE, con características similares, lo que nos debiera llevar a preguntarnos
si los reales responsables sean las propias autoridades, quienes, por su abulia/desinterés/incompetencia,
luego de haber recibido innumerables comunicaciones sin manifestarse en ningún sentido, obligan a los reclamantes
a actuar salvajemente.
Como es obvio, tras esta clase de
manifestaciones siempre hay un “cerebro” que las alienta y promueve, debiendo
suponer es la persona que maneja el
megáfono. Al respecto, repasando la historia, respetuosamente, me permito darles
un consejo a seres tan abnegados desviviéndose por el prójimo:
Sigan el ejemplo de
personajes imperecederos como, por ejemplo, Mahatma Gandhi, quien se infligía
duros castigos corporales para obligar a los ingleses a liberar a los oprimidos.
También, sin duda más espectacular, podrían seguir el ejemplo de los bonzos,
sacerdotes budistas quienes, luego de
rociarse gasolina se prenden fuego demostrando así su protesta por alguna injusticia o atropello.