PODRIDO HASTA EL TUÉTANO

 

(Piura, 02 septiembre 2021)

 

Luis Gulman Checa

 

Para nuestra desgracia, el epígrafe describe la atroz situación que viene afrontando nuestro país, como acaba de confirmarlo un incidente sucedido hace pocos minutos protagonizado por una joven (carcomida por la corrupción) miembro de la PNP, supuestamente, encargada de velar por el orden en lo referido al tránsito vehicular.

 

Esta incalificable y deshonrosa mujer luciendo el uniforme de la institución policial, realmente, es una delincuente de la peor especie, pues, en vez de honrar a la PNP, con su accionar solo contribuye a echar más sombras sobre la entidad que, como cotidianamente aparecen informaciones, cada vez alberga más indeseables en su seno.

 

Formulémonos la siguiente reflexión:

 

Si la PNP, encargada de preservar el orden público, en todo el sentido de la expresión, ha sido asolado por la corrupción, ¿cómo diablos nuestra vida podrá ser apacible y ordenada?

 

La citada delincuente detuvo al conductor de una camioneta moderna y en perfectas condiciones (en contraposición a las incontables motocicletas y moto taxis carentes de luces de peligro y/o las CARCOCHAS que hasta un ciego vería que no pueden contar con la Revisión Técnica) y solicitó “documentos”, comprobando que la R.T. estaba vencida.

 

Supongo que la pena por tal olvido (del conductor que se le pasó la fecha) es una papeleta. Sin embargo, la delincuente dijo que debía internar el vehículo en el depósito y pagar una multa astronómica de varios miles de soles. Luego del consabido “tira y afloja” (“no sea mala”, “fíjese que se me pasó la fecha”, “ahorita voy a pasar la R.T.”), la criminal vestida con uniforme policial, imitando al expresidente conocido como “paga Barata, carajo”, dijo m/m:

 

Me entrega S/. 400 y lo dejo ir

 

Siendo justo, relataré una situación que viví: Un par de meses atrás circulé por una avenida como siempre lo hacía y un policía me detuvo reconviniéndome por circular en contra del sentido del tránsito. Educadamente le dije que siempre lo había hecho sin problemas, retrucándome que recientemente se había realizado el cambio.  ¿Me multó? ¿Me solicitó dinero como la delincuente citada líneas arriba? Nada de ello. Simplemente me dijo “siga usted” y le respondí “gracias jefe”. Así entonces, tanto en la PNP como en todo el sector público hay gente honesta y “bien nacida”. Sin embargo, la proliferación de delincuentes, desde las alturas (presidentes, congresistas, gobernadores, alcaldes) hasta los estratos inferiores, está destruyendo nuestro país.