FATALMENTE TENÍA RAZÓN
(Piura, 25 octubre 2021)
Luis Gulman Checa
Me refiero a mis reiteradas opiniones referidas
a la desgracia que significa para nuestro país que las autoridades locales y
regionales sean elegidas por toda la masa poblacional - obligada a concurrir a
votar bajo pena de multa pecuniaria - supuestamente rindiendo culto a la
cacareada DEMOCRACIA, cuando, ha quedado más claro que el agua desde años
atrás, QUE LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN ES INCAPAZ DE DEGUSTAR EL DULCE SABOR DE
LA MISMA.
Los medios locales del día de ayer aparecieron
con informaciones lapidarias (sumadas a muchas que vemos cotidianamente) ratificando que la gran mayoría de electores
peruanos no están capacitados para ejercer tal derecho. Pondré una comparación
para que todo el mundo entienda:
Tan irracional como
sería permitir que un enfermero practicara un trasplante de corazón es poner en
manos de la masa la elección de autoridades locales y regionales.
El decano apareció con una portada tan
lapidaria como el resultado del último proceso para elegir presidente de la
República:
Más de 40 gobernadores
investigados por corrupción.
Según “Correo”, el detonante de la información
fue la detención, la madrugada del pasado sábado, del gobernador de Arequipa,
Elmer Cáceres Llica, por agentes de la Dirección Contra la Corrupción, junto
con consejeros regionales y funcionarios (incluido su gerente general), por estar
inmersos en los presuntos delitos de colusión, peculado, cohecho y otros por determinar.
El decano, como es usual, publica declaraciones
de connotados catedráticos de la Universidad de Piura, Juana Huaco y Carlos
Hakansson. Vale la pena precisar las de la dama: “No tienen la capacidad para desempeñar estos cargos. Cuando llegan al poder,
no asumen con responsabilidad y ética y todo lo ven para su beneficio personal.
Aparte no hay entidades de control en estas entidades que ejerzan control (?)
sobre las acciones que se toman”.
Llama la atención que la calificada por el
decano como “Especialista en Administración Pública”, desconozca que la
Contraloría General cuenta con sus propios, figurativamente, “perros de presa”
al interior del GORE tan igual como sucede en todos los entes públicos, ergo,
contra su afirmación, sí hay control. Sin embargo, fue una pena que el
reportero obviara preguntar si sus comentarios también fueron dirigidos contra
dos exgobernadores que pasaron por sus aulas.
La solución a esta lacra es sencillísima: DESIGANAR EN VEZ DE ELEGIR.