¿Y LA CONMISERACIÓN?
(Piura, 21 octubre 2021)
Luis Gulman Checa
Me motiva la portada de “Correo” de la fecha
dando cuenta del sepelio de los cuatro occisos a raíz del fatídico accidente de
un bus a la altura de Chusis:
Entre gritos de
justicia, cientos de personas llevaron hasta su última morada a los fallecidos
del fatídico despiste del vehículo interprovincial.
Lo chocante, para mí, fue que los familiares y
amigos de los occisos exigieron la máxima sanción al responsable o responsables
de la tragedia que enlutó cuatro
familias. Así, siendo obvio que la culpa caería sobre el conductor, como lo
confirma que un juez ya solicitó NUEVE MESES de prisión preventiva para el
infortunado quien podría ser condenado a NUEVE AÑOS de prisión efectiva; los
deudos, a priori, ya lo tacharon de
réprobo y criminal
Me pregunto si los reclamantes, familiares y
amigos de los occisos, organizarían una fiesta a todo dar si el citado chofer
fuera condenado a ser decapitado en la plaza del pueblo, pues, así, sin la
menor duda, habría recibido la mayor de
las penas, lo que, supuestamente, los colmaría de dicha.
Cambiemos de cristal preguntándonos si una
persona racional y medianamente pensante pueda creer que el conductor, con la intención de quitarle la vida a la
mayor cantidad de personas, originó a propósito el percance.
Solo un demente podría sostener tal teoría por
cuanto, de haber actuado de tal manera, habría puesto en juego su propia vida,
ergo, está más claro que el agua que todo se debió a un ACCIDENTE.
Digresión:
Accidente según la RAE: “Evento inesperado que no se podía prever y que, en general, provoca
daños, lesiones o consecuencias negativas”.
Ahora, si el referido hubiera tomado el timón
luego de haber pasado la noche libando en una orgía desenfrenada, sí estaría
plenamente de acuerdo con el ajusticiamiento sugerido, pero, si tal no hubiera
sido el caso y la persona fuera seria, responsable y experta en la conducción
del vehículo, considero un incalificable exabrupto la decisión del juez de
encarcelarlo.
Respecto a las manifestaciones de los deudos
pidiendo a gritos se haga justicia, respetuosamente me atrevería a plantearles
la siguiente reflexión:
Rueguen porque las
almas de los occisos descansen en paz.