FÚTBOL: VIL Y TRAIDOR

 

(Piura, 15 octubre 2021)

 

Luis Gulman Checa

 

El rey de los deportes no merece peores epítetos luego de habernos propinado una figurada puñalada por la espalda, pues, habiendo tenido a la mano cuatro puntos en los últimos dos partidos disputados en calidad de visita, no logramos traer ni uno solo.

 

En el primer encuentro, disputado en la imbatible La Paz, habíamos “amarrado” por completo a los bolivianos. Incluso, un golpe de cabeza de Ormeño no rompió las redes por una artimaña digna de Satanás. Sin embargo, transcurridos pocos minutos quedamos en ventaja numérica por la expulsión de un rival. Así, entonces, solo había que guardar la calma, asegurar el balón buscando calmadamente la oportunidad para vulnerar la valla contraria.

 

Sin embargo, una vez más apareció el mal llamado “Aladino” - el mismo que erró un penal en el mundial de Rusia que, de haberlo convertido, sabe Dios hasta dónde hubiéramos llegado - cometiendo un  incalificable error en el medio campo (similar al de Toninho Cerezo que le quitó a Brasil el campeonato mundial en España 1982), propiciando el gol boliviano que nos dejó sin puntos.

 

La noche pasada, para desgracia y vergüenza de los peruanos, volvió a repetirse la figura aunque los colores fueron distintos, pues, a los cacareados argentinos, con el renombrado Messi en el campo (a quien no se le permitió aparecer ni una sola vez), luego de regalarles el campo en la primera etapa (cuando lograron un gol que no repetirían aunque lo ensayaran mil veces), en el segundo los encerramos en el suyo sin darles tregua ni descanso, presentándosenos, a los pocos minutos de haber sido reemplazado Lapadula por Farfán, la gran oportunidad de emparejar el marcador cuando el susodicho recibió una falta en el área por parte del arquero gaucho decretándose penal a nuestro favor.

 

Es sabido que un penal, si bien en m/m un 90% implica gol, no puede celebrarse hasta que el balón descanse en el  fondo del arco. Así, una vez más, elevando nuestro infortunio a la estratósfera, siguiendo el maldito ejemplo de “Aladino” ya precisado, Yotún, el flamante destructor de los anhelos de los peruanos (¿siguiendo el ejemplo del presidente de la República?), en vez de disparar a rastrón como lo indican los cánones y el sentido común, disparó a las nubes rozando el larguero y perdiéndose el balón en las tribunas.

 

No dudo que Gareca es un gran director técnico, prueba de lo cual no solo es el surgimiento

 de muy buenos jugadores (como el joven marcador que apareció anoche desplazando a Corzo y Advíncula) sino también los planteamientos de juego  dispuestos de acuerdo a las circunstancias. Sin embargo, desgraciadamente es humano y por ende imperfecto, prueba de lo cual es que, hasta le fecha, NO HA SIDO CAPAZ DE PREPARAR UN AUTÉNTICO Y REAL EJECUTOR DE PENALES.