MECHE GENERÓ GRAN BATAHOLA
(Piura, 16 setiembre del 2016)
Luis Gulman Checa
Mercedes Aráoz, segunda vicepresidenta de la
República, se despachó con sesudos y fundados comentarios criticando el pobre
nivel que muestra la televisión en el país y, también, planteando legítimas
sugerencias u opiniones respecto a qué hacer para que cumpla el rol que en justicia
le corresponde: además de entretener sanamente y con altura, educar e informar
a la población.
Obviamente, muchos opinólogos le
saltaron al cuello por el pecado de haber osado rozar el sacrosanto principio de la libérrima
libertad de expresión. Sin embargo, la doña, lejos de perpetrar tremendo
pecado, se limitó a expresar su punto de vista, el que, sin duda
alguna, tiene que ser compartido por casi todos los peruanos medianamente
pensantes.
Siendo un simple ciudadano de a pie y,
considerándome en tal categoría, afirmo categóricamente lo siguiente:
No solo en la
televisión sino en los medios en general, la BASURA ha echado raíces.
El caso de la televisión peruana de señal
abierta es tan patético que debemos
agradecer al Altísimo por la existencia del control remoto, pues basta poner en
pantalla uno de tales canales para, de inmediato, salir de ahí refugiándonos en los de cable para ver películas o deportes.
¿Por qué?
Porque propalan “amarillismo”
puro y duro: muertes, atropellos, violaciones, robos, disturbios y, además, aunque
parezca mentira, difunden como si de ello dependiera nuestro futuro, los
enredos y cambios de cama, como si fuera de camisa, de las hembras y varones de
la farándula.
Estimado lector, ¿a usted le interese o
considera de interés público el que un subdesarrollado mental (tiene que serlo
para prestarse encantado a ello) le ponga
los cachos a su pareja con una fémina (de nivel intelectual similar al
suyo), lo que los medios, televisivos o escritos, relatan y difunden con pelos
y señales tal y como si se tratara de un acontecimiento vital y
trascendente para el desarrollo de nuestro país?
Particularmente lo considero aberrante además
de clara demostración de que quienes disfrutan de semejante periodismo,
tienen el cerebro echado a perder.
Ejemplo local en la edición de “El Tiempo”
del día de ayer:
Melissa Klug captada
besando a bailarín de el “Gran Show”