UNP: INACEPTABLE HUELGA DE CATEDRÁTICOS
(Piura, 09 diciembre del 2016)
Luis Gulman Checa
Los ¿docentes? de la Universidad Nacional de
Piura dejaron de dictar clases, es decir, se declararon en huelga - tal y como
suelen hacer gremios ubicados muy por debajo que ellos en la imaginaria
pirámide social, como por ejemplo, obreros dedicados a la Baja Policía - hace
más de 40 días; zurrándose así en su sagrado y fundamental deber de
ilustrar a los miles de jóvenes que acuden a las aulas universitarias para ampliar
sus horizontes logrando un título universitario.
Si esta triste y decepcionante situación es
fruto de lo que podría denominarse Modernidad, afirmo tajantemente que
mejor estábamos antes que esta corriente nos infectara, por cuanto, antaño, era
inimaginable que se produjeran situaciones como la comentada.
Obviamente, la huelga se origina por apetitos
monetarios, es decir, los docentes exigen que el Estado incremente sus remuneraciones
alegando un precepto constitucional - que a alguien se le “chipoteó” - absolutamente
imposible de concretar: Los magistrados del Poder Judicial y los docentes
universitarios deben recibir los mismos salarios.
Si en el país impera absoluta libertad de acción (nada que ver con el modelo cubano,
por ejemplo) y los señores catedráticos son preparadísimos, la mayoría gracias
al mismo Estado al que ahora acogotan, que los educó gratuitamente, pregunto:
Si no están satisfechos
con sus sueldos, ¿por qué no renuncian y acuden al sector privado donde, con
absoluta seguridad, habida cuenta sus conocimientos, preparación y experiencia,
serán magníficamente remunerados?
La docencia, sea en el nivel que fuere,
fundamentalmente es una vocación, equiparable, por ejemplo, a las varias
asociaciones dedicadas a tareas de bien social cuyos miembros trabajan y tienen
deberes definidos y obligatorios, pero, a diferencia de los docentes, lo hacen
gratuitamente por su afán de coadyuvar
al bienestar de personas necesitadas.
Entonces, a pesar de ser la docencia una vocación, los catedráticos tienen que sustentarse por lo
que son remunerados, pero, que se declaren en huelga por unas pesetas más, abandonando
y dejando en la estacada a sus alumnos, nos debería llenar de vergüenza
ajena.