OLLANTA: ¡POR FAVOR ARREGLA NUESTRA MAQUINARIA!

(24 marzo del 2015)

Luis Gulman Checa

Los piuranos tendríamos que preguntarnos, ¿y ahora, quién podrá defendernos?, porque no otra idea me viene a la mente cuando leo en la edición de El Tiempo de la fecha que, de 93 máquinas (maquinaria pesada) del GR solo 20 operan para enfrentar las fuertes lluvias.

Antes de entrar al meollo recordemos cómo era antaño, cuando los piuranos del ande oportunamente - antes de la época de lluvias -   se pertrechaban de todo lo necesario, sal entre otras cosas,  pasándola tranquilamente en sus territorios cuando éstas se declaraban, de modo que los actuales “aislamientos” no existían porque arriba estaban felices y contentos y nadie quería “bajar”.

Sin embargo, si  ahora a  las lluvias  hay que enfrentarlas - ¿como a una gavilla de delincuentes? - implica que habrían devenido en una maldición, conclusión disparatada y absurda al ser todo lo contrario, a excepción de los excesos cuando se convierten en diluviales como bien sufrimos  poco tiempo atrás.

¿Cuál es el meollo? La noticia que divulga el diario confirmando, una vez más, que estamos hasta los cojones, pues no otra cosa puede decirse si nuestras autoridades ni siquiera son capaces de mantener operativa y en perfectas condiciones de uso la maquinaria de la que son responsables.

Lamentablemente, apelando al aserto que dice: Si quieres pensar bien piensa mal, la razón fundamental por la que la maquinaria del Estado, por lo general, no recibe el mantenimiento adecuado, es porque ello no es redituable para   los responsables (me refiero a sus bolsillos), conviniéndoles mucho más adquirir nueva maquinaria porque ello si les proporciona ganancias (coimas).

Digresión: Empecé a escribir luego de leer el titular, pero paré para almorzar y recién leí toda la nota. ¿Qué dice un funcionario entrevistado? Que para reparar la maquinaria actual se requieren tres millones de soles (de los que no disponen desde que no está operativa), pero que no hay problema porque está en marcha una adquisición de maquinaria flamante por veinte millones. ¿Tengo o no razón?

El real problema actual no es originado por las devastadoras y fuertes lluvias, sino porque hemos sido incapaces de construir carreteras dignas de llamarse así, proyectadas de acuerdo a nuestra topografía y condiciones climáticas, como existe en los países auténticos y que, estoy seguro, muchos de los periodistas que acá denostan de las lluvias y alarman innecesariamente a  la población, sí han visto con sus propios ojos cuando, gracias a alguna beca, los visitaron.