NEGLIGENCIAS FATALES
Publicado Diario El Tiempo
Piura, 17-02-2016
Luis Gulman Checa
El 02 de febrero en el caserío La Greda
Nueva, en la CC Apóstol Juan Bautista de Locuto, Tambogrande, a las tres de la tarde, falleció don Gilmer
Maza Márquez de 33 años de edad, dejando desolada a su esposa y en la orfandad
a una niña de 10 y un crío de 8 años.
El occiso, joven, trabajador, de buena salud
y miembro de una familia respetada por
la población, murió al recibir una descarga eléctrica en su propia
vivienda mientras instalaba un artefacto buscando mejorar sus condiciones de
vida.
La primera y obvia conclusión sería la
siguiente: ¡Qué irresponsable el occiso! ¡Cómo se le ocurrió manipular su red
eléctrica sin haber “bajado la palanca”! Sin embargo, quien así pensara,
estaría absolutamente equivocado porque sí tuvo la precaución de hacerlo.
Entonces, ¿cómo pudo electrocutarse si no había
energía eléctrica en su vivienda? Por cuanto, como muchos en el caserío, aún no había logrado conexión directa a la red pública debiendo “colgarse”
de la de su padre, lo que no implica robar energía.
La desgracia comentada fue accidental, es
decir, imprevista, sin intención, pero irremediablemente fatal. El occiso fue
previamente a casa de sus padres y comunicó a su madre que iba a “bajar la palanca”
por cuanto haría unas instalaciones en su casa. Sin embargo - la mano de
satanás -, alguien no lo oyó o no fue debidamente advertido y, quizá, por ver
una novela u oír una emisora radial y no disponer de energía, restituyó la
corriente “subiendo la palanca” y, así, sin mala intención, Gilmer perdió la
vida.
La Greda Nueva fue bendecida con la
instalación de energía eléctrica pública el año 2000 y, como se comprenderá, en
adelante se construyeron muchas nuevas moradas, como la de Gilmer, pero, por más
gestiones e intentos realizados, hasta la fecha no logran que la empresa distribuidora
atienda sus solicitudes de nuevas conexiones.
¿Cuántos occisos más se requerirán para que
ENO S.A. atienda a las personas más necesitadas?