SEÑOR HILDEBRANDT: POR FAVOR, DÍGANOS POR QUIÉN VOTAR
(Piura, 05 febrero 2016)
Luis Gulman Checa
El presente no tiene nada de sardónico siendo
serio y formal, pues, como asiduo lector del semanario “Hildebrandt en sus
trece”, el último número me ha
desubicado absolutamente con el siguiente informe:
Barnechea y los
buenos negocios.
Como bien lo reitera la revista, hay
candidatos absolutamente impresentables, al extremo que en vez de estar en campaña debieran estar en
la cárcel. Ante ello, lo lógico, para las personas normales y de bien, sería
mirar a los novatos para inclinarse por el que consideremos más conveniente.
Para mí solo son tres: Alfredo Barnechea,
Julio Guzmán y Verónica Mendoza.
Empezando por la última y recordando el aserto
de que la manzana podrida corrompe a las compañeras, al presentarse
rodeada y/o acompañada por una caterva de sujetos que califico como vende
patrias (atreviéndome a pensar que nuestro “hermano” del sur, Chile,
los tiene coimeados para detener el necesario desarrollo minero del Perú), entre
los que resalta el cura Arana; queda
descartada de plano.
Al joven Guzmán, que encarna una novedad en todo sentido, recientemente le saltaron
a la yugular , incluida la revista, a raíz de una entrevista concedida
en Estados Unidos a un programa pro israelí, donde vertió conceptos/ideas
referidas a lo conveniente que sería estrecháramos lazos con dicho país.
Particularmente me sorprendió el ataque por cuanto, años atrás, planteé en una
columna que Piura y los piuranos haríamos el negocio del siglo si entregáramos en
concesión a Israel el íntegro de nuestra agricultura por un período de m/m 30
años.
Transcurrido el plazo
Piura no solo sería una potencia mundial agro exportadora, sino que los
chilenos, al vernos, serían consumidos
por la envidia.
Queda Alfredo Barnechea a quien considero un
candidato de lujo y, además, cuenta con la preparación, atributos y condiciones
para gobernarnos correcta y honestamente. Le pido a usted, estimado lector, que
con la mano en el corazón lea y relea la lista que tendrá el día de las elecciones y le garantizo que ni
uno le llegará ni a los talones a
Barnechea.
Entonces, vuelvo al informe sobre los
negocios de Alfredo citado al inicio y me pregunto si el señor Hildebrandt tuvo
la intención de descalificarlo metiéndolo en el mismo saco con la larga serie de probados corruptos. No
lo creo porque no lo acusa formal y claramente de nada ilícito. Sin embargo, el
solo hecho de su publicación en este momento, para cualquier persona con una
mínima capacidad de razonamiento, entraña una especie de tacha a su candidatura.
Entonces señor Hildebrandt:
Si fuera el caso que
su intención, al publicar el citado informe, fue descartar a Alfredo por
corrupto (lo que no creo), le quedaría enormemente agradecido si tuviera la
gentileza de recomendarnos por quién votar.
Nota: Remitido al correo de “Hildebrandt en
sus trece”