“LAVA JATO” PIURANO
(Piura, 01 abril 2016)
Luis Gulman Checa
Afirmo, sin temor a equivocarme que, desde
que apareció Odebrecht en el país para ejecutar Chavimochic en el primer
gobierno de Alan García, todos los contratos de obras públicas
suscritos con empresas brasileras han estado signados por la corrupción. Obviamente,
el suscrito entre el PEIHAP (Gobierno Regional de Piura) y Camargo Correa, para
ejecutar la primera fase de la primera etapa del anhelado Alto Piura; no solo
no escapó a ello sino que, los gestores locales fueron tan torpes y/o angurrientos
que, priorizando
meterse al bolsillo lo más rápido posible los sucios dineros recibidos por la
coima, suscribieron un contrato de imposible ejecución, como anuncié
desde mucho tiempo atrás y quedó plenamente confirmado.
Digresión: Hasta en eso nos sacan
la vuelta nuestros vecinos lambayecanos, pues estafaron al país con la Mafiosa
Concesión de Olmos, pero, a diferencia de lo acontecido con el Alto
Piura, que se fue por el desagüe, Olmos salió adelante.
La edición de “Correo” de la fecha, página
08, publica declaraciones de nuestro gobernador:
“No hemos participado
en firma ni en gestión del contrato del Alto Piura”
Dice que Trelles, congresistas piuranos y gobierno
central son los llamados a explicar lo ocurrido en 2010
Vayamos analizando tal declaración: 1) ¿Qué
diablos tienen que ver los congresistas - cuya función es legislar, fiscalizar
y representar -, que no tienen capacidad de gasto ni ejecutiva con la
suscripción de un contrato de obra doloso por una entidad del Pliego GRP? 2) Estando
el país descentralizado y teniendo los GG. RR. competencias claras, lo que permitió al GRP suscribir el citado contrato con Camargo
Correa, ¿qué diablos tendría que ver el gobierno central?
Entonces, ¿quién deberá responder cuando -
como indefectiblemente sucederá al avanzar el auténtico Lava Jato desarrollado en
el Brasil - se confirme que Camargo Correa sobornó para suscribir un contrato
inejecutable? Muy simple: el o los receptores de la(s) coima(s) que los angelitos
brasileros develarán al detalle para disminuir drásticamente el plazo
de sus condenas.
Vayamos más allá. ¿Puede, nuestro gobernador,
desmarcarse tan suelto de huesos de tal desgraciado contrato cuando, apenas
asumió el sucesor de César Trelles, su hermanón del alma, Javier Atkins, él
se hizo cargo de la presidencia del Consejo Directivo del PEIHAP, permaneciendo
en el cargo hasta que, por razones aún desconocidas rompió palitos con su
antiguo hermanón?
Sería muy positivo para coadyuvar a moralizar
la gestión pública en nuestro ámbito que, de una vez por todas, nuestro
gobernador nos explique, con pelos y señales, la razón por la
que colisionó
frontalmente con Javier Atkins, como quedó plenamente demostrado con el
lema de su campaña:
¡En la honestidad
está el cambio!
Ergo:
Públicamente tachó a
Javier Atkins de deshonesto.
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