TRÁNSITO: ¿PODRÁ ORDENARSE TREMENDO DESBARAJUSTE?
(Piura, 29 abril 2016)
Luis Gulman Checa
Qué será más nocivo para la colectividad, ¿el
dengue, la gripe AH1N1 y el sida, o, el caótico y desastroso tránsito al
haberse impuesto en Piura la ley de la selva, debido a la
incuria, incompetencia, dejadez y punible omisión del cumplimiento de sus
deberes y obligaciones por parte de las “autoridades” responsables?
La pregunta, estimado lector, respóndasela
usted mismo. Sin embargo, mientras sí saltan
hasta el techo cuando se trata de combatir tales plagas, lo cual está
muy bien, no ven, no saben, no actúan, cuando
cualquier cantidad de salvajes violan directamente la ley zurrándose en sus
cabezas.
Ejemplo reiterado:
En la calle Libertad,
a pocos metros de la Plaza de Armas de Piura, en la vereda frente a la puerta
de una “universidad”, que no preciso por higiene mental, se ha instalado una
fémina con mesa, bancos y sombrilla para realizar ventas varias.
Pregunto:
Si nuestra autoridad
municipal, tuviera unas gotitas de sangre en la cara, ¿no debió echarla a los
cinco minutos que sentó sus reales?
Así pues, la historia se repite, por cuanto exactamente
igual sucedió en el “Mercado Modelo” cuando la autoridad de la época no echó
en el acto al primer invasor de espacios públicos, los que
permanecieron secuestrados por décadas hasta que apareció la señora Ruby quien,
no siendo varón, demostró que tenía de sobra lo que muchos sí tienen pero no
usan cuando debieran.
Una reflexión y pregunta pertinentes referidas al último proceso electoral en el
que Keiko Fujimori barrió en Piura, sin duda por el recuerdo positivo en la mente
colectiva del gobierno de su padre entre 1990 y 2000:
La dupla Fujimori -
Montesinos, ¿cómo hubiera afrontado y/o qué medidas hubiera adoptado para
corregir el tremendo desmadre imperante en Piura si, recordemos, organizó el
Grupo Colina para “arreglar” ciertas situaciones?
Tal reflexión me vino a la mente cuando leí,
días atrás, que un grupo de escolares había estado imponiendo papeletas
educativas a los semi bestias que hacían tronar el
claxon cual música celestial, cuando, tal infracción está tipificada con pena
pecuniaria de, creo, S/. 150.00.
“Dignas” autoridades:
¡No joroben!