MULDER TIRANDO PIEDRAS A SU CÚPULA DE CRISTAL
(Piura, 16 abril 2016)
Luis Gulman Checa
Mauricio Mulder, quien ahora encarna al
partido por decisión del electorado, declaró lo siguiente según la edición del
pasado jueves de “Perú.21”:
“Humala debe aceptar
cita por Lava Jato”
Mulder dice que tiene que aclarar acusaciones de soborno
Preciso que las piedras del epígrafe no se
refieren a su cúpula personal, por cuanto, sin conocerlo ni haberlo tratado,
tengo la impresión que es una persona íntegra. En consecuencia, la referencia es
a la del partido que acaba de ser descalificado por los propios apristas auténticos
(me consta por mí mismo) hartos de constatar cómo la corrupción lo había
infectado.
Habría que ser ingenuo hasta la temeridad
para no
saber que (casi) todos los contratos de obras públicas suscritos con
empresas del Brasil han estado manchados por la corrupción, es decir, quienes
representaron al país, lejos de defender sus intereses disminuyendo precios y exigiendo obras de la
más alta calidad, priorizaron el meterse la mayor cantidad de dinero a sus
propios y asquerosos bolsillos.
¿Qué gobierno le abrió la puerta a dichas
empresas? El primero de AGP con Chavimochic. Entonces, ¿cómo puede Mulder ser tan ingenuo de creer que el primer
funcionario corrompido por ellas fue Ollanta Humala?
Sugiero una reflexión al nuevo hombre fuerte del partido:
¿A partir de qué
fecha y con qué dinero, armó su “partido” (felizmente ya echado al desagüe) su ex
premier, Yehude Simon?
Probablemente presumo mal y por ahí ganó un
formidable “Tinkazo”, pero, temo, haya sido a partir de la mafiosa concesión de
Olmos a Odebrecht.
Otro razonamiento al alcance de un alumno de
primaria sería el siguiente:
¿Es concebible que,
quien liberó narcotraficantes a cambio de un pago en dinero contante y sonante,
haya sido pulcro y meticuloso defensor del bien público a la hora de suscribir
contratos de obras públicas o, por lo contrario, priorizó recibir para sí la
mayor cantidad de dinero vía coimas?
Reitero lo ya expresado:
Roguemos para que el
resultado de las investigaciones de la comisión Lava Jato - la auténtica, la
del Brasil, no la disparatada y circense armada en nuestro Congreso de dos por
medio -, nos haga conocer la verdad de lo sucedido tan igual como, por ejemplo,
lo hicieron las filmaciones de Vladimiro Montesinos, revelándonos lo podrido
que estaba el Perú.