UFANO
(Piura, 19 abril 2016)
Luis Gulman Checa
Los hechos van demostrando que mis opiniones
son válidas y tienen sustento, pues el 23 de julio del 2009 en “El Tiempo”, se
publicó el artículo titulado “El Sistema Privado de Pensiones”,
en el que aparecía el siguiente párrafo referido a las opciones de los
aportantes a las AFP una vez llegado el momento de jubilarse:
“Estimados señores:
les agradezco infinitamente por la diligencia y esmero desplegados para cuidar
e incrementar mi dinero. Asimismo, he cumplido puntualmente con pagarles sus
honorarios por los servicios que me han prestado y que ustedes mismos fijaron
sin opción a discusión. Entonces, estando a mano y no debiéndonos ni un centavo
el uno al otro, les agradeceré se sirvan extenderme un cheque a mi nombre por
el monto de la masa monetaria de mi propiedad que está en vuestro poder.
Reitero mi agradecimiento. Atentamente”.
El siguiente párrafo del artículo decía lo
siguiente:
Formulo estas
reflexiones para que los constitucionalistas - habida cuenta que el suscrito no
está capacitado para pontificar al respecto - tengan la gentileza de ilustrar a
la opinión pública: ¿Acaso no es verdad que nuestra Constitución dispone que
las personas puedan hacer uso de sus bienes a su libre albedrío? ¿Acaso no es
verdad que la “masa monetaria”, guardada por la AFP, es un bien de exclusiva
propiedad del afiliado? Entonces, ¿acaso no devendría en anticonstitucional cualquier
ley que viole flagrante e impunemente los derechos de las personas, como es la
prohibición de disponer libremente del propio dinero?
Tuvieron que transcurrir casi siete largos
años desde tal reclamo para que un
planteamiento tan lógico, simple y justo, que debió tener vigencia desde el momento
en que se impusieron las AFP, se hiciera realidad. Sin embargo, más
vale tarde que nunca.
Una pregunta para reflexionar:
¿Qué destino hubiera
corrido la masa monetaria de un jubilado
de 78 años de edad, en poder de una AFP,
fallecido el pasado mes de febrero?
Ruego:
Ojalá mi reiterada
demanda para que al agua regulada se le fije un precio justo, tenga el mismo
final que la planteada a las AFP.