CONTINÚA EL DESMADRE

(Piura, 18 julio 2020)

Luis Gulman Checa

El epígrafe está plenamente justificado por la información referida a que la Municipalidad provincial de Piura - incapaz de mantener las aceras del centro de la ciudad, por donde se desplazan seres humanos,  libres de trampas  mortales - había convocado la licitación para adjudicar un tramo de defensas del río Piura aguas abajo de nuestra ciudad; cuando, muy pocos días atrás, fuimos informados que el Estado peruano, consciente de que la corrupción lo había infectado (también a las municipalidades), puso en manos del Reino Unido la ejecución de las obras de la mal llamada Reconstrucción con Cambios, bautizada así luego del período lluvioso del 2017.

Para peor, una de las tareas específicas encargados a los hijos de la Rubia Albión fue, precisamente, el manejo del río Piura, parte del cual, hasta los pollinos lo entenderían, serían las defensas. Ojo, no lo olvidemos: la destrucción de éstas no se debió  a las avenidas del 2017 sino a la bárbara, solapada y permanente acción de las mismas personas que estaban protegidas por ellas: los pobladores del Bajo Piura que las depredaron robando los magníficos materiales con que fueron construidas para utilizarlos en sus viviendas.

Otro ojo: Mucho peor que ello fue la destrucción de los espigones, muros de piedras muy cotizadas recubiertos con mallas de acero, destruidos/robados a la luz del día por vándalos apoyados por grandes camiones. ¡Qué vergüenza y estulticia de las autoridades  competentes!

Sin embargo, lo precisado es apenas uno de los síntomas ratificadores del DESMADRE imperante, siendo tan igual o peores por vergonzantes las cotidianas informaciones de asesinatos de dirigentes de sindicatos de Construcción Civil, crímenes consecuencia de las disputas/guerras intestinas por adjudicarse la participación en las llamadas “obras millonarias”, como sería la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales en la ciudad de Sullana (que debió ejecutarse décadas atrás) y que está ocasionando occisos a granel en la antaño bien llamada “Perla del Chira”.

Pregunta elemental:

¿Será racional y aceptable que en un país, supuestamente, civilizado los seres humanos se comporten cual hienas hambrientas disputándose una carroña pestífera?

Considerando  que las obras públicas tienen por fin beneficiar a cientos, miles o millones de ciudadanos, según sea el caso, ¿es aceptable o civilizado dejarlas a la merced y/o ponerlas en peligro por la actividad de estos vándalos o, por lo contrario, la autoridad debería cortar estos desmanes a sangre y fuego?