R E F L E X I O N E S
(Piura, 27 julio 2020)
Luis Gulman Checa
¿Qué opinaría usted, amable lector, de un
padre/jefe de familia con hogar, esposa, hijos y nietos quien, abrumado de pena
y preocupación por la ingente cantidad de ciudadanos venezolanos ambulando y pidiendo
ayuda en el ámbito de nuestra ciudad, echara todos los suyos a la calle
acogiendo en su hogar a cuantos de aquellos desamparados cupieran en su morada?
¿Utópico, irracional, absurdo,
un mal sueño?
Claro que sí y peor aún, pues, si alguien
optara por ello sin duda terminaría en el manicomio previo aseguramiento con
camisa de fuerza.
Sin embargo, los piuranos hemos alcanzado un
grado tan alto de idiotización - empezando, fatal y lamentablemente, por los
medios de comunicación - que no hemos sido capaces de entender que exactamente
esa actitud ha tomado el alcalde provincial cuando, zurrándose en las
indeclinables tareas y obligaciones contraídas
con su “familia” (los ciudadanos)
al ser elegido y, despreocupándose absolutamente de la inmensa tarea que
tiene entre manos ante el desastroso
estado que presenta la capital provincial; está abocado a defender, con uñas y
dientes, el absurdo, estúpido e irracional encargo que un evidente retrasado
mental le hizo a la entidad municipal: CONSTRUIR DEFENSAS CONTRA INUNDACIONES
EN EL BAJO PIURA.
Si seguimos comparando, en el caso del
imaginario padre que echó los suyos a la calle, su motivación hubiera sido,
únicamente, el dolor que embargaba su corazón al ver tanta miseria y
necesidades insatisfechas. Sin embargo, ¿cuál será el real interés del alcalde
para dedicarse en cuerpo y alma a una tarea que no le compete en absoluto y,
peor, está fuera de sus capacidades? ¿Será que la preocupación le quita el
sueño pensando en el terrible peligro que corren los pobladores del Bajo Piura
ante la inminente, incontenible y jamás vista avenida que descargará el desbocado
y criminal río ahogando decenas de
miles de bajo piuranos bajo su torrente?
Respóndase in pectore, estimado lector.
Para precisar hechos concretos, reales y
evidentes reconfirmando la total incompetencia y/o irracionalidad de tal
autoridad, veamos los dos rompemuelles colocados en las cercanías de la clínica
Belén, cuando, al lado de tremendos esperpentos la pista presenta inmensos
huecos que siguen tal cual. ¿Acaso hay que ser un Einstein para entender que,
antes de tirar dinero obstaculizando el tránsito, es mil veces más urgente
parchar la pista?
Sin embargo, la indiscutible prueba de la
idiotización que ha hecho presa de los piuranos, no solo de la capital sino del
departamento entero, quedó reconfirmada durante el último proceso para elegir
autoridades locales y regionales,