FORMIDABLE REMATE
(Piura, 28 julio 2020)
Luis Gulman Checa
Me refiero al mensaje a la
Nación, en el recinto del Congreso, que el Presidente de la República, Ing.
Martín Vizcarra, acaba de pronunciar cumpliendo con el mandato constitucional,
el cual, como es usual y reglamentario, fue pródigo en cifras y porcentajes
además del señalamiento de varias medidas a adoptar en el año que le queda en
pro de la salud, educación y el bienestar general. No obstante, dada la aciaga
circunstancia que vive el país por el Covid, dedicó bastante tiempo explicando
las acciones y medidas adoptadas así como la conveniencia de ellas.
Sin embargo, como lo sugiere el epígrafe, el
final merece guardarse en un marco de oro porque equivalió a un
certero disparo al corazón de la maldita lacra que, en última instancia, es la
responsable que nuestro país emita un ínfimo haz de luz frente al cegador rayo luminoso
que debiera reflejar: EL ODIO QUE, MAYORITARIAMENTE, ANIDA EN NUESTROS
CORAZONES DIRIGIDO CONTRA OTROS PERUANOS.
Así, el mandatario, figurativamente, se
transformó en un predicador difundiendo las enseñanzas de Cristo resumidas en
una frase: “Amaos los unos a los otros”. Si sucediera el milagro que su
invocación o ruego (así le sonó al suscrito) calara en nuestras mentes y
corazones, nada podría detener el vertiginoso despegue del Perú al primer
mundo. ¿Por qué? Por cuanto, teniendo todo a nuestro favor para lograrlo
gracias a los dones con que contamos, solo falta que dejemos de mordernos entre
nosotros cual jauría de hienas hambrientas.
Prueba de lo afirmado líneas arriba son los
arteros y repetidos ataques contra el mandatario imputándole su decisión de
entornillarse en el cargo, m/m como Alberto Fujimori luego del real auto golpe
de Estado que sí propició en 1992, después de cerrar o disolver el Congreso,
dominado absolutamente por el fujimorismo, por negar dos cuestiones de confianza.
¿Dónde tendrán escondido el rabo los opinantes que hicieron leña del
mandatario, como Nostradamus truchos adivinando el futuro, acusándolo de
golpista y émulo, in pectore, de la
mafia chavista que continúa destrozando y rapiñando Venezuela?
No dudo que no hay un solo peruano de bien para
quien la súplica presidencial no haya equivalido a música celestial, pues
cualquier persona, con una mínima capacidad de entendimiento, comprende que si
todos empezáramos a tirar la cuerda para el mismo lado, es decir, poniendo por
delante el interés y conveniencia del Perú y los peruanos antes que los apetitos
y deseos personales, nuestro país
lograría el calificativo de maravilloso.
Otra prueba de lo afirmado fue la enorme
cantidad de curules vacías, cuando, debe suponerse, los congresistas son los
más interesados en oír el mensaje
presidencial desde que encarnan a la población. ¿Qué mensaje quisieron lanzar
quienes no concurrieron, además, por supuesto, de reconfirmar que el electorado
nacional, una vez más, se equivocó al elegir?
Pregunta final:
¿Acaso la ausencia de estos
congresistas no fue una clara demostración del odio que sienten por el
mandatario?
Ojalá
Dios los ilumine y, cumpliendo con su deber, empiecen a actuar poniendo al Perú
por delante.