EL ESTADO PERUANO EN EMERGENCIA
(Piura, 06 julio 2020)
Luis Gulman Checa
Sobran los síntomas indicativos que, si fuera
una persona, el Perú hace rato hubiera sido internado en la más moderna Unidad
de Cuidados Intensivos por estar al borde de la muerte y, para evitar malas
interpretaciones, no me refiero en absoluto a virus, bacterias ni bichos de
diversa naturaleza.
El reciente convenio de Gobierno a Gobierno
suscrito entre el Perú y el Reino Unido para que sea éste quien se encargue de
llevar adelante las obras de la MAL LLAMADA “Reconstrucción”, no es más que uno
de los últimos síntomas confirmatorios del grave mal que nos aqueja al ser
prueba irrefutable que el Estado, imitando a aquellos seres desgraciados
carcomidos por el uso y abuso de las drogas
tornándose absolutamente incapacitados en todo sentido, así también se ha corroído/destruido en tan alto grado que
dejó de ser capaz de llevar adelante las imprescindibles obras de
infraestructura viéndose obligado a “tender la mano”, cual drogadicto o
pordiosero, para que alguien magnánimo y competente lo “saque del hoyo”.
¡Qué vergüenza y qué lástima! ¿Cómo así un
Estado que fue capaz de llevar a cabo obras de la categoría de las dos
formidables de infraestructura de riego
ubicadas en nuestra tierra, Piura, como la, también mal llamada, Colonización
San Lorenzo y el Sistema Chira Piura, devino en incapaz de ejecutar obritas de dos por medio que han
debido encargarse a extraños?
Rememorando, concluyo que el deterioro del
Estado se produjo o agudizó en los últimos años, por cuanto me viene a la mente
la construcción de los puentes Ñácara en Chulucanas y Cáceres en Piura por el CTAR Piura a cargo del General FAP
Enrique Siles (Q.D.D.G) a mediados de los 90 del siglo pasado, tarea que se
cumplió impecablemente y cuya solidez y calidad quedó confirmada tras el FEN de
1998 y las avenidas del 2017 que tanto revuelo han armado.
¿Acaso el citado General tocó las puertas de
japoneses, alemanes o ingleses para que se encargaran de construirlos? Ni
pensarlo. Simplemente se lo encargó a la entidad que a la sazón realizaba el
Estudio Complementario de Factibilidad del Alto Piura, razón por la que fue el
Ing. Ramón Alcedo Ramírez (mangache de pura cepa) quien, realizando la tarea
ahora encargada a los ingleses, lideró y condujo ambos procesos.
Entonces, ¿Qué ha sucedido? ¿Acaso se
vaporizaron los ingenieros capaces, competentes y honorables como el Ing.
Alcedo de modo que haya sido necesario recurrir al Reino Unido?
De ninguna manera, pues
sí quedan algunos aunque también abundan de los otros, recayendo la
responsabilidad del deterioro generalizado del Estado en la maldita corrupción
que ha infectado, muy mayoritariamente, el aparato público.