NUESTRA VERDADERA PANDEMIA

(Piura, 17 julio 2020)

Luis Gulman Checa

Oyendo y leyendo a tantos ilustrados opinantes respecto a la urgente y ardua tarea que tiene entre manos el Congreso, como es aprobar las necesarias leyes para ponerle candado, como suelen decir, a los corruptos, mal nacidos y otros etcéteras que pugnan por ser elegidos congresistas; la desesperanza invade mi espíritu por cuanto, la masiva corrupción enquistada en nuestro asolado país aprovechando la mayoritaria y supina ignorancia de la masa electoral, no solo se ha mantenido incólume sino se ha desarrollado imparablemente a pesar de tantas medidas cosméticas adoptadas los últimos tiempos.

Analicemos lo acaecido últimamente cuando el presidente de la República, apegado a la Constitución, disolvió el Congreso y convocó a la elección de uno nuevo para culminar el período legislativo, reitero, cumpliendo fielmente con el mandato de la Carta Magna. ¿Qué sucedió? Que el elegido reconfirmó un hecho reiterado desde tiempo atrás: el paupérrimo nivel del electorado nacional.  Así, el Perú, mientras continúe recurriendo al sistema de elegir a los gobernantes a través del voto obligatorio incluidos los analfabetos; continuará yendo cuesta abajo, como lo demuestra la elección del actual Congreso.

¿Una prueba palpable de la ignorancia e incapacidad grosera y masiva de nuestra masa electoral, además de la corrupción y/o falta de escrúpulos y/o burda corrupción de nuestros “líderes”?

No solo la inclusión de Omar Chehade como candidato al Congreso por el partido de  “plata como cancha”, César Acuña, sino, vergonzosamente, su elección votado por inexcusables ignaros y/o incalificables.

¿Habrá alguien en el mundo que ponga a su bella y pura hija de 15 años bajo la tutela de un reconocido proxeneta? Si la respuesta obvia y racional es NONES, la pregunta subsiguiente sería: Entonces, ¿cómo diablos hubo electores que votaron a favor de quien fue expectorado como vicepresidente de Ollanta Humala por probada corrupción perpetrada aún antes de asumir el cargo? Y, también: ¿qué calificativo merecería el líder político que lo acogió en sus filas?

Para agravar el mal que aflige al Perú, el citado Omar Chehade, quien en un país auténtico hubiera sido vaporizado,  acá siguió gozando de muy buena salud como quedó demostrado por las sucesivas y numerosas entrevistas que le hicieron ¿reputados, dignos y honorables? personajes de los medios de comunicación.

¿Cuál sería el final de una persona aquejada de septicemia tratada con Panadol? Lo mismo le sucederá a nuestro país de continuar eligiendo bajo el  actual sistema.