DESASTRES IMAGINARIOS

(Piura, 16 julio 2020)

Luis Gulman Checa

Habiendo visto pocos días atrás, entre otras auténticas catástrofes, los destrozos causados en el Japón por las diluviales lluvias que soportó, incluidos cientos de muertos y desaparecidos; al leer en la edición de “Correo” de la fecha  información sobre inconvenientes sufridos por el sector transporte a consecuencia de la cuarentena; sentí  se estaban disparando salvas de humo, buscando, ¿interesada y/o convenientemente?, inventar catástrofes inexistentes con el fin que el Estado, es decir, usted, estimado lector, el suscrito y todos los peruanos, regalemos dinero a tales empresas para salvarlas.

Millonarias pérdidas en el sector transporte

A nivel nacional, las 540 empresas de transporte mensualmente han tenido pérdidas económicas de 235 millones de dólares y han invertido 3,000 soles por ómnibus para poder cumplir los protocolos del Minsa.

Siendo nuestro idioma muy rico, según lo publicado deduciríamos que mensualmente las empresas perdieron incendiados ómnibus valorizados en US $ 235 millones. ¿Realmente sucedió tal catástrofe u otra parecida?

Nada que ver. Simple y llanamente ocurrió que, debido a la paralización total por la cuarentena, las empresas dejaron de recibir (si fuera cierto) por venta de pasajes más facturas por encomiendas, la citada cifra.

La verdad, monda y lironda, es que tales empresas, tan igual como lo soportaron todos y cada uno de los peruanos, sufrieron la interrupción de su flujo económico, es decir, así como dejaron de recibir ingresos, también dejaron de gastar. Ergo, simple y llanamente quedaron paralizadas.

¿Cuál sería una auténtica PÉRDIDA ECONÓMICA para empresas de esta naturaleza? Que se vieran obligadas a circular, cotidianamente y a todos sus destinos, con ómnibus sin pasajeros ni encomiendas, lo que, como es obvio, no ha sucedido ni remotamente.

Si el Estado aceptara, como claramente sugiere/plantea la publicación, regalar dinero público a estas empresas, la pregunta que deberíamos hacernos sería la siguiente:

¿Compensaría,  igualmente, a Chifas, Restaurantes, Heladerías, Peluquerías y negocios similares que también paralizaron?

Algunas veces, como en este caso, parecería que la cuarentena debería aplicársele al periodismo.