CORRUPCIÓN: PEOR QUE EL COVID
(Piura, 17 abril 2021)
Luis Gulman Checa
Mientras éste infecta y de vez en cuando quita
la vida mirando a la cara y sin subterfugios, la maldita corrupción, cual
pestífero desagüe corriendo bajo tierra, solapada, traidora, alevemente y poco
a poco; va matando gente debido a las deficiencias de los servicios a cargo del
Estado al no disponer de los recursos que los MALDITOS CORRUPTOS rapiñan permanentemente.
Asimismo, mientras el mal venido de la
China puede combatirse con medidas concretas, como lo demuestra que los fallecidos
constituyen un ínfimo porcentaje de los occisos, además de la aparición de las
vacunas, las cuales, confiemos, en el futuro llevarán a la inmunización de la
población; hasta ahora no aparece ningún medicamento, norma ni rogativa que
logre mellar la CORRUPCIÓN.
Ambos males se diseminaron por todo el territorio
del país asolándolo a su paso sin respetar títulos, merecimientos ni jerarquías.
Así, mientras el Covid no tiene reparo alguno en afectar y segar vidas de
personas dignas e intachables, la
corrupción rapiña en cuanta arca se le pone al frente aunque ello implique
dejar hambrientos a los niños beneficiarios del Vaso de Leche; morir a los
enfermos por insuficiencia de hospitales y/o campañas de salud; mantener en la
pobreza a los agricultores por cuanto los encargados de ejecutar obras de infraestructura
de riego, optan por embolsicarse los recursos recibidos dejando los emprendimientos
tirados; etc.
Me motivó la información llegada de la antigua “Perla
del Chira” referida al robo de medicamentos de un hospital Covid por personas
cuya tarea, contradictoriamente, es salvar la vida de los enfermos a su cuidado; reconfirmando, una
vez más, que este maldito mal infectó el país de pies a cabeza, o, mejor dicho,
de la cabeza a los pies tomando en cuenta la situación que enfrentan la última
media docena de presidentes de la República.
No tengo la menor duda que si, por arte de
magia, la corrupción se esfumara en el término de la distancia, el Perú se convertiría
en el “País de las Maravillas”. ¿Por qué? Por cuanto, la MALDITA CORRUPCIÓN,
nuestra compañera desde que existimos, dos siglos atrás, nos mantiene arrastrándonos
por el suelo impidiéndonos desplegar las alas y volar por el firmamento.
Planteo una pregunta para que cada quien se
responda in pectore:
¿Hubiera usted votado
el pasado domingo por el candidato cuya principal oferta era cortarle la
cabeza, sin eufemismos y sin asco, a los corruptos de todo jaez?