LAS MARCHAS DE PROTESTA
(Piura, 13 octubre 2015)
Luis Gulman Checa
Observando la mañana de ayer la marcha de los hombres de mar sechuranos por
las calles de la ciudad de Piura, reclamando la intervención de nuestro
Gobernador ante IMARPE y el Ministerio de la Producción, para que se revalúe el
informe sobre la biomasa de anchoveta, en virtud del cual se ha suspendido la
cuota de su captura (pesca) en una segunda temporada; me vinieron a la mente
algunas reflexiones:
·
Es
anacrónico, cuando las comunicaciones han alcanzado un nivel de desarrollo
extraordinario, que tengan que viajar de Sechura a Piura, y viceversa, cientos y/o miles de personas para hacer
conocer un pedido/reclamo tan simple y fácil de entender como el que motivó
tremenda movilización.
·
¿Cuál
habrá sido el costo de la misma? Sin
duda algunas decenas de miles de soles que sería interesante saber quién o
quiénes y cómo los aportaron (se supone que Inteligencia de la PNP debe tener
esta información al dedillo), no para sancionarlos o castigarlos sino para
darles un simple consejo: Habida cuenta que las marchas, por su
reiteración y a veces razones nimias,
han perdido el poder de presión que quizá tuvieron antaño; mucho más barato,
práctico, directo y positivo hubiera sido enviar dos o tres personas
representativas y de peso a la ciudad de Lima, donde, es sabido, no solo
funciona tanto el IMARPE como el Ministerio de la Producción, sino también
están los congresistas piuranos a quienes, justamente en situaciones como la
comentada, hay que exigirles “se pongan la camiseta”.
·
Visto
el asunto desde otro ángulo, ¿es justo que los piuranos, ajenos
absolutamente al problema, hayan tenido que aguantar semejante malestar
ocasionado por el ruido, los trastornos en el normal fluido del tránsito y,
especialmente, la tremenda congestión vehicular ocasionada por el plantón en la
puerta principal del GRP?
·
Finalmente,
es lamentable e increíble que a nuestro Gobernador nadie le haya informado oportunamente de esta marcha, por
cuanto no me cabe la menor duda que, si así hubiera sido, hubiera hecho lo
siguiente:
Trepar
a la camioneta puesta a su disposición e indicar al conductor que lo trasladara
a la ciudad de Sechura.
Imagine,
estimado lector, las ventajas que ello hubiera reportado:
Enorme
ahorro: Una persona de Piura a Sechura contra miles de sechuranos a Piura, y
Paz
y tranquilidad: los piuranos, que no tenemos responsabilidad ni nada que ver
con el diferendo, no habríamos sufrido las enormes molestias originadas por la
súbita invasión de los hermanos sechuranos.