LA ESMERALDA: EL BALNEARIO QUE FUE

(Piura, 15 enero 2016)

Luis Gulman Checa

Años atrás hubo un paradisiaco balneario llamado “la Esmeralda” de Colán, el cual, como debe estar sucediendo en el mundo entero tanto por las “metidas de mano” del hombre como por el incontenible incremento de la población; desde muchos años atrás perdió su símil con el paraíso y, ahora, devino en esperpento que no merece el calificativo de balneario.

Se dice que el hombre es el único animal racional, sin embargo, lo sucedido en La Esmeralda a lo largo de los años, echa por tierra esa teoría. ¿Por qué? Por la serie de construcciones, verdaderos atentados contra el sentido común, demostrando que esos cerebros no fueron racionales.

El balneario se creó inmediatamente después de 1925 (FEN), por cuanto la costumbre era veranear en las haciendas, pero como ese año estuvieron incomunicadas por las lluvias, los “señorones” de la época buscaron un lugar alternativo para pasar el verano y así dieron con La Esmeralda, a la que podía accederse por el ferrocarril que unía Piura y Paita pasando por Sullana.

¿Cuál fue la ubicación inicial de las casas? En la zona naturalmente alta  que separaba el mar de la “pampa”, zona baja e inundable por lluvias y el río Chira. ¿Cómo se diseñaron y construyeron? Total e íntegramente sobre postes de algarrobo, es decir, el mar podía crecer y golpear y nada pasaba, por cuanto el agua discurría libre y sin obstáculos por debajo de las casas.

Tal fue el modelo de las 25 casas que constituyeron el balneario m/m hasta 1950, a excepción de las 04 de los “españoles” construidas de concreto. Posteriormente, cuando empieza su crecimiento exponencial  se generalizaron las construcciones de material noble,  el que en La Esmeralda de noble no tiene nada al estar condenado por el mar.

Indudablemente el progreso coadyuvó activamente a destrozar el  balneario: carreteras y el servicio público de energía eléctrica fueron los responsables de la tugurización del balneario. Así, si los fundadores resucitaran y vieron en qué se ha convertido la maravilla que crearon, volverían a morirse de inmediato al constatar las irracionalidades perpetradas, como, por ejemplo, las cientos de construcciones en la “pampa”, verdadera trampa mortal en años copiosos.

Si las predicciones que formularon los payasos del ENFEN para el 2016 se hubieran cumplido, todas esas construcciones hubieran estado con el agua al cuello.

Por lo pronto, la antigua, amplia y hermosa playa de La Esmeralda donde se disputaban extraordinarios partidos de fútbol, pasó a la historia, al extremo que ahora casi nunca hay espacio ni siquiera para caminar por ella.

Si usted, estimado lector, quisiera ver con sus propios ojos una auténtica  “zona de guerra”, vaya a La Esmeralda y aproveche los pocos momentos que el mar permite movilizarse por la playa y verá el lastimoso estado de las casas el que, francamente, hiere la vista

Sin embargo, como muestra del desarrollo inicial del balneario, queda una casa limpia, sin estacas, piedras ni sacos terreros, asentada sobre sólidos y largos postes de algarrobo, viéndola, podrá constatar usted lo afirmado líneas arriba se ajusta a la verdad.

La Esmeralda; réquiem in pace.