¿Y SI NO LLUEVE?
(Piura, 23 enero 2016)
Luis Gulman Checa
Según información aparecida en “El Tiempo”,
edición de la víspera, atinadamente publicada al fondo de la página 06 y sin
ninguna relevancia, el inefable ENFEN
emitió su segundo comunicado del año el que m/m dice:
·
El Niño costero continuará en el verano.
·
En lo que queda de enero habrá lluvias moderadas en
Tumbes y Piura.
·
El resto del verano lo más probable es que haya episodios
de lluvias muy fuertes.
·
El ENFEN mantiene el estado de alerta debido al evento El
Niño costero que se viene presentando.
Por su parte, el director del Senamhi Piura,
don Jorge Yerrén, dijo que las lluvias de estación seguirán en el resto de
enero en la parte norte de Tumbes y la sierra de Piura. No hay condiciones para
que llueva en la ciudad de Piura. Máximo algunas lloviznas.
En consecuencia, el ENFEN, dejando de lado u
olvidando la presencia de un FEN aterrador, insiste claramente en que este verano habrá lluvias muy fuertes,
ergo, los reservorios quedarán colmados y en el 2016, en lo referido al
abastecimiento de agua para el riego, todo será como coser y cantar.
Así como el ENFEN erró
con el aterrador FEN, ¿no podría estarse equivocando al pronosticar lluvias muy
fuertes?
Personalmente pienso que sí - aunque Dios
oiga al ENFEN por el bien del agro piurano - y vislumbro un panorama que podría
ser de graves e impredecibles
consecuencias por cuanto un año seco de verdad, como tantos que hubo en el
pasado, sería un desastre.
Recordemos lo sucedido los años 1950/51
cuando Piura sufrió una sequía espantosa. ¿Qué sucedió? Simplemente no se
sembró y, si mal no recuerdo, nadie murió de hambre y el Banco Agropecuario
debe haber “puesto el hombro”.
Sin embargo, los cambios generados en el agro
desde aquellos años a la fecha son inconmensurables al haberse establecido en
el Medio Piura miles de miles de hectáreas de cultivos permanentes, intensivos
y de alta tecnología que, necesariamente, requieren agua permanente.
Para cuantificar y/o visualizar lo que puede
llegar a implicar un año seco - lo que obviamente ha desaparecido de muchas
memorias ante la larga serie de años en los que no faltó el agua - señalaré
algunas situaciones que pueden repetirse:
·
El río Piura ni se asoma por Ñácara y en la parte alta de
sus afluentes, el agua desaparece en abril o mayo.
·
El río Chira, cuya descarga media anual es de m/m 3,500
MMC, superando los 10,000 en los FEN, descarga menos de 1,000, habiendo un
registro anual de 600 y varios por debajo de los 1,000.
Me permito sugerir, a las autoridades que
tienen que ver con la marcha del agro piurano, que no se limiten a publicar
comunicados pomposos y ostentosos como el que leí días atrás:
El 2016 se plantarán
cuchocientas mil hectáreas en los valles piuranos.
Así como se tiró a la basura (y bolsillos
corruptos) una enorme cifra de dinero en “obras” de prevención ante la
inminente presencia de un FEN aterrador, ahora quemen algunas neuronas pensando
qué hacer si el año fuera seco, como tendrá que ser más temprano que tarde.