EDUCACIÓN Y HONRADEZ: OJALÁ FUERA AL REVÉS
(Piura, 05 enero 2016)
Luis Gulman Checa
Hay dos factores vitales para el desarrollo y
progreso de los países: la educación y la honradez de sus habitantes. Así, sin
la menor duda, cuanto más educados y honestos sean éstos, el nivel de vida será
infinitamente superior.
Y en el Perú, ¿cómo vamos al respecto?
Lamentablemente
estamos al revés, pues la honradez hay
que buscarla con lupa y la buena educación se ha reducido al mínimo.
La explicación y/o justificación para hecho tan lamentable no está al alcance de mis posibilidades al
carecer de la formación académica indispensable para explicarlo. Sin embargo, sospecho y/o vislumbro que empezamos
a derrumbarnos, respecto a la educación, a raíz del Gobierno Revolucionario de la Fuerza
Armada por la Reforma Educativa que
destrozó el magnífico Aparato Público Educativo (lo afirmo por experiencia
propia y familiar) gestando el nocivo e incalificable SUTEP.
¡Es fácil destrozar
pero arduo y difícil construir!
Demostración de lo afirmado ut-supra lo
tenemos en otra de las reformas del citado gobierno: la Agraria. Con ella, en
un segundo se echó por la borda el trabajo serio y abnegado desarrollado por
décadas sumiendo en la miseria a cientos de miles de peruanos que vivían
adecuadamente dentro del Aparato Productivo Agrario, por cuanto, repito, éste
fue destrozado por la citada reforma.
Confirmación de lo dicho:
Han transcurrido 46
años de la maldita declaración de la Reforma Agraria en el Perú, que liquidó
las haciendas grandes y pequeñas y, ahora, tenemos súper conglomerados
agrícolas que dejan como enanos a los antiguos latifundios. Entonces, ¿qué
llevó a Juan Velasco a destrozar el país, además del evidente resentimiento a
raíz de sus orígenes?
El siguiente razonamiento:
Si Pedro es dueño de
1,000 Has., gana S/. 1’000,000.00 por año y tiene 100 hombres trabajando para
él, es muy fácil, le doy una patada a Pedro en el fundillo y tendré 100 hombres
ganando S/. 10,000.00 por año. Así, en un santiamén repartiré justa y
adecuadamente la riqueza.
Lo único que no previó nuestro paisano fue
que, con la patada que hizo volar a Pedro, también voló el millón de soles y la
pobreza se impuso entre nosotros.
¿Acaso la
desocupación y la falta de oportunidades no es el mejor caldo de cultivo para
propagar la delincuencia y la corrupción?
Claro que sí, lo que se potencia cuando, para
peor, llegamos a ser gobernados ´por grandes corruptos de modo que la infección
se propaga tanto desde arriba como desde abajo generando una septicemia, o
infección por corrupción generalizada en
todo el cuerpo (país).
¿Tenemos alguna luz en el horizonte?
Claro que sí: el
próximo proceso electoral, en el cual, si volviéramos a inclinarnos por la
corrupción, no mereceríamos el perdón de Dios.