EL GOBERNADOR EQUIVOCÓ EL BLANCO
(Piura, 14 octubre del 2016)
Luis Gulman Checa
Con todo respeto, disiento del criterio de
nuestro Gobernador al poner el ojo en la PNP respecto a la solicitud de Declaratoria
de Emergencia ante el reinado de la inseguridad en nuestro territorio, por
cuanto, las instituciones realmente responsables de tal situación, son el Poder
Judicial y el Ministerio Público.
Para comenzar, cuando ésta, la justicia, no
es pronta y eficaz, automáticamente se entroniza el caos, el desorden y la
impunidad, precisamente los ingredientes del caldo de cultivo ideal para que el
país o localidad se convierta en una auténtica casa de putas - en el
sentido peyorativo de la expresión - , que es, ni más ni menos, lo que viene
asolando no solo a Piura sino a todo el Perú.
Un auténtico Poder Judicial (incluyo al Ministerio
Público que viene a ser la misma chola con otro calzón), imprescindiblemente
debe gozar de absoluta independencia siendo ciego, sordo y mudo e
inmune a cualquier influencia. Por ejemplo, un juez ideal es aquel que, ante el
pedido del presidente de la República para que falle en determinado sentido en
un litigio, le respondiera:
Váyase usted a la
mismísima m…… que yo fallaré según mi consciencia.
Sin embargo, fatal y desgraciadamente, ello
no existe en nuestro maltratado Perú, por cuanto la “justicia”, según está más
que demostrado (ECOTEVA; COMUNICORE, etc., erc.), se ha convertido en un bien transable
y negociable y, para peor, con color político. ¿Acaso no estamos hartos
de leer y oír nombrar magistrados de todo nivel calificados como apristas,
fujimoristas o de otro color?
Reconfirmando que la “justicia” en el país
anda patas
arriba, me viene a la menta el comentario de un distinguido miembro del
Poder Judicial en el sentido que el personaje más influyente en la Corte de
Piura era el Arzobispo. ¡Qué horror!
Empeorando la situación, el Poder Judicial no
solo adolece de los males citados sino que tampoco “trabaja”, es decir, los
procesos judiciales no avanzan por absoluta lenidad, abulia y carencia de
humanidad de jueces y fiscales, por cuanto, no lo olvidemos, la gran mayoría de
personas que atiborran .los penales del país no han recibido sentencia, de modo
que han perdido su libertado siendo muy probable que sean inocentes. Un ejemplo
mediático originado por el exabrupto del prístino, impecable e impoluto AGP: La
injusta y absurda carcelería sufrida por Don Bieto y Rómulo.
¿Cómo diablos puede
conciliar el sueño por la noche un juez que ha soterrado en la cárcel preventivamente
a una persona, pasándose meses, cuando
no años, sin abocarse a estudiar el expediente emitiendo la sentencia correspondiente?